Ha iniciado su camino la XIII
Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos La Eucaristía que el
domingo de ayer 7 de octubre presidió el papa Benedicto XVI
abrió la Asamblea sinodal, que hasta el 28 de octubre reflexionará sobre La nueva evangelización para la transmisión de
la fe cristiana. En esta tarea tiene protagonismo el
matrimonio, pues, como ha recordado el Papa en su homilía, está
llamado a ser no sólo objeto, sino sujeto de la nueva evangelización.
A continuación, destacamos algunos
párrafos de esta homilía y ofrecemos enlace para su lectura completa:
…La evangelización, en todo tiempo y lugar, tiene siempre como punto central y último a Jesús, el Cristo,
el Hijo de Dios (cf. Mc 1,1); y el
crucifijo es por excelencia el signo distintivo de quien anuncia el Evangelio:
signo de amor y de paz, llamada a la conversión y a la reconciliación. Que
nosotros venerados hermanos seamos los primeros en tener la mirada del corazón
puesta en él, dejándonos purificar por su gracia.
…La Iglesia existe para evangelizar. Fieles al mandato del Señor
Jesucristo, sus discípulos fueron por el mundo entero para anunciar la Buena
Noticia, fundando por todas partes las comunidades cristianas…También en
nuestro tiempo el Espíritu Santo ha
suscitado en la Iglesia un nuevo impulso para anunciar la Buena Noticia, un
dinamismo espiritual y pastoral que ha encontrado su expresión más universal y
su impulso más autorizado en el Concilio Ecuménico Vaticano II. Este renovado
dinamismo de evangelización produce un influjo beneficioso sobre las dos
«ramas» especificas que se desarrollan a partir de ella, es decir, por una
parte, la missio ad gentes, esto es el anuncio del Evangelio a aquellos que aun
no conocen a Jesucristo y su mensaje de salvación; y, por otra parte, la nueva
evangelización, orientada principalmente a las personas que, aun estando
bautizadas, se han alejado de la Iglesia, y viven sin tener en cuenta la praxis
cristiana.
…El tema del matrimonio, que nos propone el Evangelio y la primera
lectura, merece en este sentido una atención especial. El mensaje de la Palabra
de Dios se puede resumir en la expresión que se encuentra en el libro del Génesis
y que el mismo Jesús retoma: «Por eso abandonará el varón a su padre y a su
madre, se unirá a su mujer y serán una sola carne» (Gn 1,24, Mc 10,7-8). ¿Qué
nos dice hoy esta palabra? Pienso que nos invita a ser más conscientes de una
realidad ya conocida pero tal vez no del todo valorizada: que el matrimonio constituye en sí mismo un
evangelio, una Buena Noticia para el mundo actual, en particular para el mundo
secularizado. La unión del hombre y
la mujer, su ser «una sola carne» en la caridad, en el amor fecundo e
indisoluble, es un signo que habla de Dios con fuerza, con una elocuencia
que en nuestros días llega a ser mayor, porque, lamentablemente y por varias
causas, el matrimonio, precisamente en las regiones de antigua evangelización,
atraviesa una profunda crisis. Y no es casual.
…Y, como la Iglesia afirma y testimonia desde hace tiempo, el matrimonio está llamado a ser no sólo
objeto, sino sujeto de la nueva evangelización. Esto se realiza ya en
muchas experiencias, vinculadas a comunidades y movimientos, pero se está
realizando cada vez más también en el tejido de las diócesis y de las
parroquias, como ha demostrado el reciente Encuentro Mundial de las Familias.
…No se puede hablar de la nueva evangelización sin una disposición
sincera de conversión. Dejarse
reconciliar con Dios y con el prójimo (cf. 2 Cor 5,20) es la vía maestra de la
nueva evangelización. Unicamente purificados, los cristianos podrán
encontrar el legítimo orgullo de su dignidad de hijos de Dios, creados a su
imagen y redimidos con la sangre preciosa de Jesucristo, y experimentar su
alegría para compartirla con todos, con los de cerca y los de lejos.
Homilía completa (Web del
Vaticano)
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