jueves, 31 de diciembre de 2009

Jornada de la Familia

Si hay una fecha importante para celebrar y reflexionar sobre la realidad de la familia, esa es sin duda la festividad de la Sagrada Familia , también dedicada a la Jornada de la Familia y la Vida. Conscientes de su trascendencia, nuestros pastores suelen aprovechar esta jornada para dedicar su carta pastoral por Navidad a proponer y proclamar el evangelio permanente de la familia. Así lo ha hecho nuestro obispo Don Amadeo, que en su carta ”Familia, quiérete a ti misma”, concluye con el siguiente párrafo:



…”Querida familia, aunque algunos no te quieren, quiérete a ti misma; sé lo que eres. Ya sabes que la Iglesia católica te quiere y te valora mucho; te quiere por lo que eres y por lo que haces. Y es precisamente porque los católicos te queremos, por lo que he escrito sobre ti una vez más; del mismo modo que escriben otros obispos. En esta ocasión lo he hecho para recordar las razones fundamentales por las que hay que valorarte. Como has podido leer, no he usado argumentos de carácter religioso, porque deseo que todos comprendan, con independencia del credo que profesen, que eres una institución natural y que tienes un servicio muy importante en la sociedad. Pero no te oculto que, al escribir, os he tenido en el pensamiento y el corazón a todas las familias cristianas de esta querida diócesis de Plasencia, y que es desde vosotros, desde vuestro
testimonio, desde donde he querido animar a todas las familias, que lleguen a leerme, a que se quieran a sí mismas, a que se defiendan y a que se muestren en sus valores, aunque se lo pongan muy difícil. Feliz Navidad a todos”.


Nos parece oportuno traer a este espacio varios enlaces hacia las cartas pastorales de algunos obispos de otras diócesis, para contribuir en nuestra pequeña medida a la continua proclamación del evangelio de la familia y la vida.

Carta de Mons. Josep Angel Saiz Meneses – Obispo de Terrassa
Carta de Mons. Francisco Gil Hellín – Arzobispo de Burgos
Carta de Mons. Juan José Asenjo Pelegrina – Administrador apostólico de Córdoba
Carta de Mons. Adolfo González Montes – Obispo de Almería
Carta de Mons. Vicente Jiménez Zamora - Obispo de Santander
Carta de Mon. José Sánchez González – Obispo de Sigüenza-Guadalajara

Para leer cartas de fechas anteriores, en la página de la CEE pueden encontrarse sobre "Familia y Vida" y otros temas.

lunes, 28 de diciembre de 2009

JORNADA DE LA FAMILIA

Sin duda constituye todo un éxito de organización, asistencia y testimonio la celebración de la Eucaristía de la Sagrada Familia en la plaza de Lima de Madrid. Pero esta jornada se celebra también con intensidad y preparación por todas las diócesis de España, en sus parroquias y arciprestazgos.

Así ha sucedido en las parroquias de nuestra diócesis. En el arciprestazgo de Plasencia, la Eucaristía tuvo lugar en la parroquia de San Esteban y fue preparada por el Equipo de Pastoral Familiar del Arciprestazgo. Presidió la celebración D. Victoriano Ruiz Sánchez-Porro, vicario parroquial de San Esteban y consiliario de ese equipo y concelebró el  párroco D. Valerio Galayo López. Hubo participación de familias completas, y los cantos los animaron el coro parroquial y el coro de los Equipos de Nuestra Señora.A continuación, transcribimos las notas para la homilía pronunciada por D. Victoriano.

EN LA LIBERTAD Y EN LA VOCACIÓN AL AMOR

Hijo ¿Por qué nos has tratado así? (...)¿No sabíais que tenía que estar en la casa de mi Padre”? El cuadro del evangelio nos trae la imagen de la Sagrada Familia: Jesús, hijo único de Dios, concebido por el Espíritu Santo, nace hijo de María y es recibido paternalmente por José a quien se le confía los cuidados y responsabilidad de la paternidad humana.



En la Sagrada Familia vemos el ejemplo del crecimiento de Jesús en huma-nidad y en la experiencia humana de la religiosidad. Jesús vuelve con José y María a Nazaret, estaba bajo su autoridad e iba creciendo ante Dios y ante los hombres.

Confiado a la responsabilidad de sus padres y, guiado por su autoridad, Jesús iba creciendo entre la obediencia y la progresiva autonomía hasta la adulta libertad y entrega al amor. En los rasgos humanos de Jesús, tan vivamente adornados de bondad y de virtud,  se ponen de manifiesto el ejercicio de libertad por parte de Jesús configurando su carácter y el ejemplo y cuidado de sus padres para dejar en El la semilla necesaria con la que luego pudiera vivir su misión de Buena Noticia de Amor de Dios a los hombres.

Así también la familia cristiana está llamada al cuidado de la educación de sus hijos. En ella reciben los hijos la educación humana en que descubran la autonomía de una libertad que se orienta al bien y de una vida orientada por la vocación al amor. Es misión de la familia cristiana iniciar en la experiencia fundamental del ser amados. Y a partir de esa experiencia ir guiando progresivamente para que cada uno descubra su personal camino hacia el bien y el amor y adquieran las virtudes que formen su carácter e inclinen permanentemente su libertad a la bondad.

Es igualmente misión de la familia cristiana y tarea insustituible de los padres la educación en la fe. Son ellos los primeros transmisores de la fe, son los custodios del crecimiento de la vida recibida en el bautismo. Con el ejemplo, con la oración, con la palabra oportuna y la reflexión en los acontecimientos de la vida, con la participación en los sacramentos, con la colaboración activa en la formación religiosa de las parroquias y colegios.

Que la Sagrada Familia guíe a las familias cristianas. Que los padres no renuncien a su derecho y deber de educadores cuando cualquier otra instancia social quiera suplantarlos en esta misión. Que reciban de la sociedad, de la Iglesia toda la ayuda que necesiten. Que puedan alegrarse de que, como Jesús, los hijos crecen en sabiduría y gracia ante Dios y ante los hombres.

POR LA FAMILIA CRISTIANA

«¡El futuro de Europa pasa por vosotras, queridas familias cristianas!», fue una de las frases de la homilía que el Cardenal Arzobispo de Madrid, Antonio María Rouco Varela dirigió a los asistentes  a la multitudinaria Eucaristía que se celebró en la Jornada de la Familia, festividad de la Sagrada Familia, en la plaza de Lima de Madrid.

Información completa de este acontecimiento puede encontrarse en la web Por la familia cristiana

A continuación,  transcribimos el mensaje que envió  el Papa Benedicto XVI:

"Saludo cordialmente a los pastores y fieles congregados en Madrid para celebrar con gozo la Sagrada Familia de Nazaret.
¿Cómo no recordar el verdadero significado de esta fiesta? Dios, habiendo venido al mundo en el seno de una familia, manifiesta que esta institución es camino seguro para encontrarlo y conocerlo, así como un llamamiento permanente a trabajar por la unidad de todos en torno al amor. De ahí que uno de los mayores servicios que los cristianos podemos prestar a nuestros semejantes es ofrecerles nuestro testimonio sereno y firme de la familia fundada en el matrimonio entre un hombre y una mujer, salvaguardándola y promoviéndola, pues ella es de suma importancia para el presente y el futuro de la humanidad. En efecto, la familia es la mejor escuela donde se aprende a vivir aquellos valores que dignifican a la persona y hacen grandes a los pueblos. También en ella se comparten las penas y las alegrías, sintiéndose todos arropados por el cariño que reina en casa por el mero hecho de ser miembros de la misma familia.

Pido a Dios que en vuestros hogares se respire siempre ese amor de total entrega y fidelidad que Jesús trajo al mundo con su nacimiento, alimentándolo y fortaleciéndolo con la oración cotidiana, la práctica constante de las virtudes, la recíproca comprensión y el respeto mutuo.

Os animo, pues, a que, confiando en la materna intercesión de María Santísima, Reina de las Familias, y en la poderosa protección de San José, su esposo, os dediquéis sin descanso a esta hermosa misión que el Señor ha puesto en vuestras manos. Contad además con mi cercanía y afecto, y os ruego que llevéis un saludo muy especial del Papa a vuestros seres queridos más necesitados o que se encuentran en dificultad.
Os bendigo a todos de corazón.

martes, 22 de diciembre de 2009

FELIZ NAVIDAD


Y mientras estaban allí le llegó el tiempo del parto y dio a luz a su hijo primogénito, lo envolvió en pañales y lo acostó en un pesebre, porque no tenían sitio en la posada...

El ángel les dijo:

...No temáis, os traigo la buena noticia, la gran alegría para todo el pueblo: hoy, en la ciudad de David, os ha nacido un Salvador: el Mesías, el Señor. Y aquí tenéis la señal encontraréis un niño envuelto en pañales y acostado en un pesebre.

jueves, 17 de diciembre de 2009

JORNADA DE LA FAMILIA


Próxima la Navidad, la celebración gozosa del nacimiento del Hijo de Dios, que trae salvación, sentido y plenitud a la existencia, la liturgia fija nuestra mirada en el portal del Belén, en el hogar santo que acogió en su seno y nos ofreció al Salvador. El domingo 27 de diciembre, festividad de la Sagrada Familia, la Iglesia en España celebra también la Jornada de la Familia.


La familia, nacida del proyecto de amor del Padre a la humanidad, desarrolla una misión tan valiosa que es siempre buena noticia para el mundo. Dentro de la variedad de aspectos y tareas que integra su ser “comunidad de vida y amor”, este año nos fijamos en su labor educadora, bajo el lema de “Crecer en familia. Los padres: primeros maestros y testigos de la fe”.

En un tiempo como el actual, de graves dificultades y problemas en la educación que diversas instancias ponen de manifiesto, es preciso afirmar y defender la labor educativa de las familias. La familia educa en modo propio y con una eficacia tal que la convierte en escuela primaria e insustituible de humanidad y de vida cristiana. Educa en un clima de amor y de confianza, con el ejemplo y el testimonio, con la experiencia vivida y el ejercicio cotidianos. Los padres necesitan cercanía, aliento y ayuda en esta difícil misión, lo que debemos procurar ofrecerles en nuestras parroquias.
 En la página web de la Conferencia Episcopal Española están los materiales para preparar la Jornada:  

 Nota de los Obispos 
 Cartel  
 Subsidio litúrgico para la Eucaristía
Tríptico para orar en familia 
Oración por la familia

domingo, 13 de diciembre de 2009

SÍ, QUIERO

La expresión “sí, quiero” la asociamos inmediatamente al momento del consentimiento matrimonial. Pero hay antes mucha historia de salvación, que lo hace posible. Nuestra vida cristiana procede también de un “Sí”. Pero de uno que precede a nuestra respuesta al Dios que nos ha llamado a participar de su vida y ser felices. Es el “Sí, quiero” original del Padre Creador.

“Sí, quiero” de Dios

Todas las cosas provienen de la voluntad creadora de Dios. El Padre pronunció el “hágase” primigenio y surgió todo, que era “muy bueno”. Antes, nos cuenta el Génesis, el mundo era un caos. Y en la cumbre de la creación puso al hombre y la mujer, creados a su imagen y semejanza, para vivir en comunión con Él. Pero se interpuso el rechazo de la humanidad.

“Sí, quiero” de Jesucristo

Pronto vamos a celebrar el nacimiento del Hijo de Dios. Con Él nos ha llegado el corazón del Padre, en Él hemos conocido el amor por el que nos creó y al que nos destinó. Toda su vida fue un sí a la voluntad del Padre, hasta el momento culminante de entregarse en la Cruz. Por eso, Dios lo resucitó de entre los muertos y le otorgó la gloria, la “alegría” definitiva. En la carta a los Hebreos leemos: “Entonces yo dije: Aquí vengo, oh Dios, para hacer tu voluntad”.

“Sí, quiero” de María

La Encarnación del Hijo de Dios se hizo posible porque María pronunció su sí: “Aquí está la esclava de del Señor. Hágase en mí según tu palabra”. Desde que sabe que ha engendrado un hijo, estuvo totalmente al servicio de esta misión. “Alégrate…”, le dijo el Ángel, y ella, desde su posición de “esclava del Señor”, pronunció su “sí, quiero”.

“Sí, quiero” de los cristianos

El ser cristiano procede de una vocación primera. Dios nos ha amado (cfr. 1 Jn 4, 9-10) y nos ha llamado a ser sus hijos. “El nos eligió en Cristo antes de la creación del mundo…” (Ef. 1, 4). Toda vocación en la vida cristiana pide el mismo sí, la disposición pronta y plena a poner la propia vida al servicio del Reino de Dios. Primero recibimos el “Alégrate…” igual que María. Luego viene nuestra respuesta.

“Sí, quiero” de los esposos

En el Sacramento del matrimonio los esposos, llamados a formar la comunión querida por Dios desde el principio, se dan el “sí, quiero”. Pero no sólo entre sí. En el sacramento, se lo dan a Dios, a Jesucristo que los incorpora a su mismo “sí”, a su ofrenda eterna al Padre. Por eso, su amor queda santificado y fecundado para siempre. Este “sí”, recibe además la misión de mostrar al mundo el “sí, quiero”, “sí, os quiero” de Dios a la humanidad, de Jesucristo a su Iglesia.

“Sí, quiero”, y la felicidad del hombre se hizo, para siempre. Hoy domingo de la alegría, caminamos hacia la Navidad, preparando nuestro “sí, quiero”, ante el portal de Belén.

jueves, 10 de diciembre de 2009

Legislación contra la vida

Recientemente, un medio de comunicación de España criticaba la posición de la Iglesia sobre el aborto, apuntando con falsedad que no era la misma con los gobiernos de uno y otro signo. La Oficina de Información de la CEE envió una carta pidiendo rectificación, lo que nunca se produjo. En esta carta, se decía que "Los obispos españoles no han dejado nunca de recordar que toda vida humana debe ser respetada como sagrada desde la concepción hasta la muerte natural. Son muchos los documentos y declaraciones a favor de la vida que pueden citarse a este respecto, pero valga de ejemplo la Nota de la Comisión Permanente, de 17 de febrero de 2000, cuando no gobernaba en España el Partido Socialista. En ella se afirma que la legislación vigente en ese momento sobre el aborto era “gravemente injusta” y que debía “ser abolida”.

Estamos conociendo en estos días con estupor y dolor  la tramitación que se produce en el Congreso de la nueva ley despenalizadora del aborto, la llamada «Ley Orgánica de salud sexual y reproductiva y de la interrupción voluntaria del embarazo». Vemos quiénes intervienen, las posturas de los distintos partidos, la negoaciación que realizan, la contraprestación que permite los apoyos, sus reacciones, sus argumentaciones...Y, como  última novedad, una mayor radicalización y empeoramiento (sobre la posibilidad de objetar, sobre el adoctrinamiento sexual que establece, por  la separación de las menores de la ayuda y consejo de sus padres...) de un proyecto desastroso y de previsibles consecuencias nefastas que no tardaremos en comprobar.

No pretendemos recoger aquí su devenir parlamentario, que estará llenando de tristeza el corazón de toda persona sensible al valor de la vida humana. Pero sí queremos dar aquí espacio a la Declaración que la Comisión Permanente de la CEE realizó este año, con un análisis serio y bien argumentado de ese "injusto" proyecto legislativo.

martes, 8 de diciembre de 2009

ESCUELA DE PADRES

La educación de los hijos, la formación de personas libres, responsables, con criterios morales, preparados para integrarse de forma constructiva en la sociedad, es la mayor tarea que nos corresponde a los padres. Es una labor original y primaria, participación en la misma obra creadora de Dios.

Ahora bien, la educación no es labor única de los padres, sino que tiene una dimensión social que exige la colaboración de otras instancias educativas. Los padres deben continuar su labor en colaboración con ellas, principalmente con la escuela. Harán bien en asumir responsablemente el acompañamiento educativo de sus hijos en el colegio, participar en las asociaciones de padres, colaborar en la mejora de los medios y condiciones educativos para sus hijos.

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Y deberán formarse ellos mismos. Porque la labor educativa no es fácil. En muchas ocasiones, a los padres les resulta difícil situarse en su papel educador, o se encuentran indefensos ante los problemas que la educación presenta en la sociedad actual.

Para atender a esta necesidad, en el curso 2006-2007 se inició un proyecto de escuela de padres compartido por los seis colegios católicos de la ciudad de Plasencia (San Calixto, La Salle, San José, Santísima Trinidad, Escuela-Hogar y Madre Matilde) y con la colaboración de los Secretariados diocesanos de Pastoral Familiar y de Enseñanza. Aun con la natural inquietud del resultado de la iniciativa, se asumían los siguientes objetivos:

- Crear un cauce de formación, revisión y aprendizaje para los padres en los temas relacionados con la educación de sus hijos.

- Potenciar la comunicación de las familias y compartir sus inquietudes, problemas y aspiraciones, para ayudarse en el proceso educativo de los hijos.

Durante los dos primeros cursos se desarrolló un modelo de escuela de padres abierto, que ofrecía cinco sesiones formativas en el curso referidas a diversos aspectos educativos de interés para los padres.

La valoración general del desarrollo durante estos dos años ha sido positiva, por la calidad de las ponencias ofrecidas y por la asistencia lograda. Sin embargo, para el tercer curso se vio la necesidad de dar pasos hacia una escuela más exigente, que procurara la participación fiel y activa de los padres, que posibilitara la reflexión conjunta, el compartir experiencias y el aprendizaje práctico. Con esta configuración se desarrolló durante el curso pasado, en que la escuela fue dirigida por una persona profesional, con buena preparación y experiencia, la psicóloga Mercedes Castro.

Este proyecto continúa durante este su cuarto curso. Algunas dificultades familiares han impedido su inicio en el mes de Octubre, por lo que las sesiones de formación se desarrollarán en el segundo y tercer trimestres. No obstante, se tendrá una sesión abierta que se celebrará el Jueves 10 de diciembre, en el lugar habitual: salón multimedia de la Residencia de Estudiantes del Complejo Educativo de Plasencia, a las ocho de la tarde. La impartirá un profesor, orientador escolar y familiar, que ofrece gratuitamente la Editorial Edebé, D. Manuel Borrego Rivas, y versará sobre “los amigos de nuestros hijos”.

A LA INMACULADA

Dios te salve María,
Por la luz de la luz transfigurada.
Dios te llena y te guía
Y el fruto de tu vientre en tu mirada.
Dios te salvó, María.
Te llenó de su fuerza complaciente,
como el fuego del sol llena la aurora,
como el agua la fuente.
Maduró con su luz y su ternura
El fruto de tu amor y de tu vientre.
Santa María,
hija del pueblo,
madre paciente,
fiel, generosa,
pobre y rebelde...
Miranos peregrinos, vacilantes,
cultivando este viejo paraíso,
caminando hacia tu cielo lentamente.
No queremos cansarnos de este mundo,
ni buscamos un refugio celeste.
Pero tú no te canses
de mostrarnos la meta, los caminos,
ahora y siempre.
(V.M. Arbeola)

lunes, 7 de diciembre de 2009

Familia, primera educadora (3)

En un post anterior hemos traído a consideración la Carta del Papa Benedicto XVI de 21.01.2008 en la que se refiere a la crisis de la misión educativa y habla de “emergencia educativa”, que tiene diferentes causas (relativismo cultural, inadecuación de la escuela, dificultad para conciliar vida familiar y trabajo, la abdicación de la responsabilidad educativa, la prolongada ausencia de la figura paterna, las separaciones y divorcios…) y nefastas consecuencias (degradación ética y disgregación social).

Desde este espacio dedicado a la familia, conscientes de la trascendencia de esta cuestión, continuamos nuestra aportación recogiendo algunos párrafos de una conferencia impartida por el Presidente del Pontificio Consejo para la Familia, el Cardenal Ennio Antonelli, en Salamanca el 17 de marzo de este año, sobre la misión procredora y educativa de la familia.

Después de repasar el difícil contexto cultural y social actual y la crisis de identidad, procreadora y educativa de la familia, se refiere a la familia en su identidad de “comunidad de vida y amor”, según expresión de Juan Pablo II. Dice que “la familia actúa en sí misma y pone en la sociedad la lógica del amor, que es deseo y don al mismo tiempo, una lógica muy diferente de la lógica utilitarista del mercado… En la familia las personas son amadas por sí mismas”. En la familia “se concilian libertad y solidaridad, el bien de cada uno y el bien común”.

“La dinámica del amor va más allá de la generación de los hijos y se prolonga en su educación. La familia educa en modo propio y con una eficacia tal que la convierte en escuela primaria e insustituible de humanidad y de vida cristiana. Educa en un clima de amor y de confianza, con el ejemplo y el testimonio, con la experiencia vivida y el ejercicio cotidiano. Por ello los valores y las normas éticas, el evangelio y la fe cristiana no se quedan en enseñanzas teóricas; no son padecidas como imposiciones desde el exterior; sino que se interiorizan y asimilan como exigencias de vida y de crecimiento auténtico”

Continúa diciendo que “la dinámica del amor-comunión alimenta en todos los miembros de la familia, especialmente en los hijos, las virtudes personales, sociales y cristianas…” Asimismo, que “Todos los miembros de la familia contribuyen a favorecer la maduración de las virtudes humanas y cristianas; pero es peculiar la responsabilidad de los padres. Una buena relación educativa comporta ternura y afecto, racionalidad y autoridad…” Y continúa indicando algunas actitudes y comportamientos necesarios en los padres para dar respuesta a la vocación educativa que corresponde a la familia.

Recomendamos la lectura completa de esta intervención del Cardenal en la Universidad Pontificia de Salamanca en una Jornada sobre la Instrucción Dignitas personae. Más adelante volveremos sobre alguna otra cuestión importante que recoge. Como dice al final de su conferencia, “el futuro de la Iglesia y de la sociedad pasa por la familia”.

sábado, 5 de diciembre de 2009

EL CRUCIFIJO, EN NUESTRA IDENTIDAD

La existencia cristiana crece y se realiza a través de cada momento y situación que la vida presenta. Tiene una meta clara y sabe qué la mantiene en camino. No vive de la simple reacción a los acontecimientos, sino que discierne lo que ocurre para aprovechar lo bueno y prevenirse de lo malo. Está y se desarrolla en toda la amplitud de circunstancias vitales, ahí encuentra su sentido y, consciente de su ser misionero, intenta ser levadura que fermenta la masa. Valga este párrafo para introducir el comentario que nos suscita la última y polémica iniciativa del partido en el gobierno: la propuesta de retirar los crucifijos de los colegios.

Antes que nada, se impone cantar la alegría de la presencia del Espíritu que nos anima, nos vincula en comunión, nos da fuerza, nos transforma y proyecta hacia el entorno y los hermanos, y nos hace la Iglesia de Jesús. Es el Espíritu que nos permite descubrir a Dios en la historia y seguir tras Él, a pesar de los contratiempos, que nunca faltarán, y que nos hace felices.

Pero no obsta para manifestar nuestro lamento y dolor por una propuesta que evidencia una forma de entender el ejercicio del poder que, en lugar de la fidelidad a su razón de ser, el servicio de los ciudadanos, decide situarse “a la contra”. Y así, en vez de atender y permitir que la sociedad civil crezca y se desarrolle en la forma en que mejor entienda la existencia, se dedica a ponerle trabas según le dicta su falseada y anacrónica concepción de la libertad y la igualdad. Es precisamente
esa libertad de los ciudadanos la que parece quererse acorralar.

Se podrían aducir un buen número de argumentos para mostrar el enorme error de la propuesta. Sabemos que otros piensan lo contrario. Pero no es cierto el punto de partida de que el crucifijo ofende. Es un símbolo del amor, de la entrega y del perdón. Y es una presencia y significación enraizada en nuestra identidad europea y española. Está por todas partes. Su eliminación en los colegios, no acarrea ningún bien, sino que priva de él. Los casos tan sonados y realmente excepcionales de oposición que conocemos, no hacen sino confirmar aquella regla. ¿A qué viene, pues, esta provocación cuando los problemas de la sociedad española son otros, cuando estamos lamentando precisamente la ausencia de valores esenciales? Resultaría casi patética esta obsesión anticristiana, sino fuera porque hemos de estar en guardia para lo que pueda venir detrás.

Decíamos que la maravilla de nuestro ser cristiano, el que nos permitió el nacimiento de Jesús que pronto celebraremos, no se alimenta de reacciones ni confrontaciones, sino del Espíritu que le da vida. Pero debe hacerlo bien consciente del terreno que pisa, y de la “Vida” que lo anima. Al cristiano le corresponde desarrollar una existencia cristiana más auténtica, más alegre, y más misionera. Tenemos la bendita misión de, a través de nuestras “vasijas de barro”, hacer visible a Dios entre los hombres y mostrar el tesoro que es nuestra fe.

Ahora bien, dado el gran valor que tienen los símbolos, usémoslos, allí donde “vivimos”, en casa y fuera de ella. Pertenecen a nuestra identidad. Sobre todo las familias, deberíamos valorar la presencia en diferentes lugar de la casa de imágenes y símbolos que nos recuerden al Señor, que susciten nuestra oración y que ayuden a nuestros hijos a incorporar con naturalidad la fe de los padres.

lunes, 30 de noviembre de 2009

Pastoral Familiar en Extremadura


El pasado sábado 28 de noviembre se celebró un encuentro de los equipos diocesanos de Pastoral Familiar de la provincia eclesiástica de Mérida-Badajoz. En el encuentro estuvimos presentes 20 personas (dos sacerdotes y nueve matrimonios) de las tres diócesis que la constituyen: Mérida-Badajoz, Coria-Cáceres y Plasencia.

El encuentro fue programado días antes, durante la celebración de las XXVIII Jornadas de Delegados de Pastoral Familiar y Movimientos celebradas los días 13 al 15 del mismo mes en El Escorial, en las que estuvieron presentes los responsables de esa labor pastoral en las tres diócesis. En esta ocasión la acogida la realizó el equipo diocesano de Coria-Cáceres.

El propósito era el de poner en común las iniciativas, propuestas, tareas y preocupaciones pastorales de las tres diócesis. Y se ha conseguido de modo satisfactorio. Se han puesto en común las líneas esenciales de la preocupación y programación de cada una de ellas, las acciones principales que se han acometido en los últimos años, y las previstas en el plan pastoral respectivo para el presente curso.

Se ha compartido entusiasmo, se han conocido otras iniciativas u orientaciones posibles a la común dedicación, se ha valorado lo que cada diócesis está acometiendo... Se ha hablado de la composición de los equipos diocesanos de pastoral familiar, de la distribución de funciones, de la formación de los agentes de pastoral familiar, de la instauración o funcionamiento de los Centros de Orientación Familiar, de la defensa de la vida, de la preparación al matrimonio, de las escuelas de padres, de jrnadas y semanas de la familia, de educación afectivo-sexual, etc…

También se efectuaron propuestas para seguir el camino en comunión, entre las que destacamos la de formar una coordinadora que se reúna todos los años al comenzar y al final de cada curso pastoral. También se proseguirá la celebración de un encuentro anual de los tres equipos diocesanos. Se terminó la jornada de trabajo del sábado compartiendo la comida.

viernes, 27 de noviembre de 2009

Familia, primera educadora (2)

Hace pocas fechas hemos tenido ocasión de asistir a una ponencia del Presidente de Profesionales por la ética, D. Jaime Urcelay, sobre políticas educativas. Ha basado su disertación en documentos plenamente actuales del Papa Benedicto XVI.

Uno de ellos es una Carta a la Diócesis de Roma sobre la tarea urgente de la educación, de 21 de enero de 2008. Conviene, y recomendamos, su atenta lectura. El Santo Padre parte de las dificultades para la formación de las nuevas generaciones, constata una auténtica emergencia educativa y, en concreto, un aumento de la exigencia de una educación que sea verdaderamente tal. La solicitan los padres, los profesores, la sociedad en conjunto y los mismos niños y jóvenes.

Queríamos subrayar algunas ideas. En primer lugar, la trascendencia y primacía de la labor educativa de la familia. Esa educación auténtica necesita “la cercanía y la confianza que nacen del amor: pienso en la primera y fundamental experiencia de amor que hacen los niños —o que, por lo menos, deberían hacer— con sus padres”. Indica también que la educación “es fruto de experiencia y competencia, pero se adquiere sobre todo con la coherencia de la propia vida y con la implicación personal, expresión del amor verdadero”.

La educación es una tarea compartida. Se refiere a la responsabilidad educativa del que educa y del educado. Esa responsabilidad es “en primer lugar, personal; pero hay también una responsabilidad que compartimos juntos, como ciudadanos de una misma ciudad y de una misma nación, como miembros de la familia humana y, si somos creyentes, como hijos de un único Dios y miembros de la Iglesia. De hecho, las ideas, los estilos de vida, las leyes, las orientaciones globales de la sociedad en que vivimos, y la imagen que da de sí misma a través de los medios de comunicación, ejercen gran influencia en la formación de las nuevas generaciones para el bien, pero a menudo también para el mal”.

Termina la carta haciendo una llamada a la esperanza, esperanza que se dirige a Dios, pero que no es solamente una esperanza para nosotros, sino siempre una esperanza para los demás.Proseguiremos más adelante estas reflexiones, para desde ellas volver la mirada a la realidad de nuestra sociedad. En esta búsqueda puede seguirse un debate interesante (y algunos videos) sobre estas cuestiones.

sábado, 21 de noviembre de 2009

ENCUENTRO AGENTES P. FAMILIAR


¡Qué hermosos son los pies del mensajero que anuncia la paz!, cantaba el profeta Isaías (52, 7). Qué hermosos los pies, qué bella y grandiosa labor del que anuncia el Evangelio; del que da respuesta fiel al mandato del Señor, que envió a sus discípulos por el mundo a anunciar el Evangelio a todos los hombres (cf. MT 28, 18-20). Es la mejor dedicación, el mayor servicio que podemos dar a la humanidad que comparte camino con nosotros en este tercer milenio. Estamos llamados a pregonar y llevar a todos el amor de Dios que se nos ha manifestado en Jesucristo.

En este espacio dedicado a la pastoral familiar fijamos hoy nuestra mirada agradecida en la valiosa labor de los agentes que preparan a los novios para celebrar el sacramento del matrimonio y formar una familia cristiana. Están poniendo el cimiento para la construcción de “Iglesias domésticas” que vivan y anuncien el Evangelio, que se realicen en comunión de amor entre sí mismos y con Dios y que sirvan al hombre más próximo con el mayor afecto e integridad. A través de ellas se extenderá en el tiempo y espacio el amor salvador de Dios.

Podemos aplicar a ellos lo que dice el nº 7 del Directorio de Pastoral Familiar de la Iglesia en España: ”No me avergüenzo del Evangelio, que es poder de Dios para la salvación de todo el que cree” (Rom 1,16). Así se expresa el Apóstol de las gentes al comprobar la incomprensión con la que se recibían sus palabras en un mundo alejado del mensaje de Dios. Los obispos nos vemos en la necesidad de repetir con firmeza esta afirmación de San Pablo al plantearnos en la actualidad la misión de anunciar a todos el Evangelio sobre el matrimonio y la familia. Se requiere la valentía propia de la vocación apostólica para anunciar una verdad del hombre que muchos no quieren escuchar”.

En el día de hoy hemos celebrado un encuentro de carácter formativo de los agentes de pastoral familiar de la zona norte de la diócesis. Hemos reflexionado sobre el amor originario de Dios que todos hemos recibido y cuya plenitud buscamos en el encuentro y la comunión con el otro, hasta descansar finalmente en el amor de Dios que todo lo hace posible. Gracias a todos los que habéis participado en él, y al sacerdote de la Archidiócesis de Valladolid, Fernando García Álvaro, que tan sabiamente ha iluminado nuestra reflexión.

domingo, 15 de noviembre de 2009

Familia, primera educadora (1)

Los padres somos los primeros y principales responsables de la educación de los hijos. Es éste un derecho fundamental, inscrito en el ser del hombre, en su naturaleza, reconocido desde siempre, pero cuestionado en estados totalitarios que están en la mente de todos. Pero, ¡ojo! Estamos empezando a conocer no sólo posicionamientos ideológicos, sino también hechos ciertos que cuestionan este derecho en el estado español. Los padres debemos tener abiertos los ojos, leer la realidad y los acontecimientos, reflexionar sobre ello y sacar lúcidas conclusiones. Por eso traemos el tema a este espacio.

“Puesto que los padres han dado vida a los hijos, tienen la gravísima obligación de educar a la prole” dice el Vaticano II, en el número 3 de Gravissimum educationis. Luego Juan Pablo II, en Familiaris Consortio, número 36, dice que “el derecho-deber educativo de los padres se califica como esencial, relacionado como está con la transmisión de la vida humana; como original y primario, respecto al deber educativo de los demás, por la unicidad de la relación de amor que subsiste entre padres e hijos; como insustituible e inalienable y que, por consiguiente, no puede ser totalmente delegado por otros”. Recapitulemos: es un derecho-deber esencial, original y primario, insustituible e inalienable.

Esto lo dice la Iglesia. Pero, acudamos a la Declaración Universal de Derechos Humanos, para comprobar lo que indica en su artículo 26: que “Toda persona tiene derecho a la educación”; que “la educación tendrá por objeto el pleno desarrollo de la personalidad humana y el fortalecimiento del respeto a los derechos humanos y a las libertades fundamentales”; y finaliza afirmando que “los padres tendrán derecho preferente a escoger el tipo de educación que habrá de darse a sus hijos”. Es decir, es un derecho a escoger la educación que quieren para sus hijos, y es un derecho preferente. Por su parte la Constitución Española, que según ella misma expresa debe interpretar los derechos y libertades que establece según esa Declaración Universal y los tratados y acuerdos internacionales, recoge en el artículo 27 la libertad de enseñanza y “el derecho que asiste a los padres para que sus hijos reciban la formación religiosa y moral que esté de acuerdo con sus propias convicciones”.

El tema está solamente iniciado. No somos expertos en él, pero con la ayuda del magisterio de la Iglesia hemos de intentar situarnos responsable y activamente defendiendo lo que es nuestro, y que no debemos a nadie más que a Dios. Ahí están los problemas de bastantes padres para elegir el colegio que quieren para sus hijos, o las pretensiones que demuestra la asignatura de Educación para la Ciudadanía, o el acoso a la asignatura de religión… Son nuestros hijos y, aunque los padres no somos los únicos educadores, nadie puede quitarnos nuestro deber-derecho a educarlos, ejerciendo así nuestra paternidad en integridad.

miércoles, 11 de noviembre de 2009

LA FAMILIA, EVANGELIZADORA

Cristo es nuestro Evangelio, la Buena Noticia que ha de llegar a todos los hombres. Esta es la misión que Él ha confiado a la Iglesia, en la que está presente y actuando por su Espíritu, a través de todos los bautizados.

En Jesucristo se ha manifestado y hemos conocido el proyecto de amor que el Padre ha concebido para el hombre desde toda la eternidad. Dios, que es amor, que es comunión de las tres divinas personas, tiene convocado al hombre y la mujer a participar de su mismo ser en comunión y a llevar a la gran familia de la humanidad a constituirse en su Reino.

En este proyecto de amor, el matrimonio y la familia juegan un papel trascendental. Es en la complementariedad de hombre y mujer, en su plena realidad de tales, como se manifiesta esa universal vocación al amor y a la comunión. Por eso, la familia es también evangelio, buena noticia para la humanidad.

La Iglesia siempre ha considerado entre sus prioridades el atender a la evangelización de la familia. Es el modo normal en el que el hombre realiza su proyecto vital, y es en familia como la Iglesia se encuentra al hombre. Eso es la pastoral familiar. Trata de llevar a las familias la “vida en abundancia” que se nos regala en el Señor Jesús.


Pero no sólo es eso. Aunque sea una preocupación pastoral más bien reciente, la Iglesia es consciente de que la familia es también evangelizadora. Por su participación en la vida y misión de toda la Iglesia, las familias deben constituirse en testigos de Jesucristo, en anuncio de la Buena Nueva. Y eso lo consigue siendo lo que es, comunidad de vida y amor, y actuando como tal, mediante su misma vida de familia. Es decir, que la familia no sólo es objeto sino también sujeto de la evangelización. Es Cristo mismo en definitiva quien se da a conocer por medio de las familias que viven y muestran en sí mismas el amor de Dios.

De este modo, necesariamente tan sintético, queríamos ofrecer el eje o el fundamento de lo que pretende este espacio. Ojalá, cada vez más, la familia se haga consciente y responsable de la importante misión que tiene en la Iglesia y del amplio campo que se le abre para desarrollarla: su propia casa, la parroquia, el ambiente social, el colegio…

miércoles, 4 de noviembre de 2009

CONGRESO INT. PROVIDA


La actualidad nos presenta a veces importantes acontecimientos que no pueden pasar desapercibidos, que merecen nuestra atención y apoyo, y de cuya celebración queremos hacernos eco en este espacio.

Muy próximamente, entre los días 6 al 8 de noviembre, tendrá lugar el IV Congreso Internacional Provida. Este año está dedicado a la Sensibilización: una sinfonía por la Vida y tendrá lugar en la ciudad de Zaragoza. El congreso está promovido por la Federación Española de Asociaciones Provida, por encargo del Comité Permanente de los Congresos Internacionales Provida, y organizado por la Asociación Provida Aragón. Los anteriores se celebraron en Madrid (2003), en Lima (2005), y en México (2007). El siguiente tendrá lugar en Nicaragua, en 2011.

Contará con la presencia de ponentes de quince países. Abordará la necesidad de una sensibilización en defensa de la vida desde diversos puntos de vista e incluirá testimonio de personas que han sufrido el drama del aborto y de asociaciones que están trabajando por la vida.
Aunque las inscripciones se han cerrado el 31 de octubre, también es posible formalizarlas en la propia sede del Congreso.
Toda la información está disponible en la página web del congreso:

http://www.prolifeworldcongress.org/zaragoza2009/

Coincidiendo con el Congreso, se va a realizar la campaña "Un millón de velas por la Vida". El día 7 de noviembre se encenderá en las calles del centro de Zaragoza una vela por cada niño que ha dejado de nacer en España desde la despenalización del aborto.

Se puede colaborar con esta campaña, encendiendo la propia vela, enviando un SMS con la palabra VELA al 7745. Con este sencillo gesto se hará donación de 0,80 euros (coste del mensaje 1,5 €). También es posible hacer donación mediante una transferencia a las cuentas que se indican en la web http://www.actiweb.es/atodavelaatodavela.

Aquí, el vídeo del Congreso.

viernes, 30 de octubre de 2009

FIESTA DE TODOS LOS SANTOS

Si hay algo que los cristianos tenemos o hemos de tener bien presente en nuestra conciencia de tales y hacer realidad en nuestra vida es la llamada a la santidad. “Todos los fieles cristianos, de cualquier estado o condición, son llamados a la plenitud de la vida cristiana y a la perfección de la caridad”, dice el Vaticano II en Lumen Gentium 40. Es Jesucristo, en quien esto se hace posible, el que así nos lo encargó: “Sed perfectos como vuestro Padre celestial es perfecto” (Mt. 5, 48).

Es incalculable el número de los que han seguido la voz del Señor y disfrutan de su amor por toda la eternidad. Lo celebramos el día 1 de noviembre, fiesta de Todos los Santos. Y lo hacemos, no únicamente para recordarlos, sino para fijar la atención de los que aún peregrinamos hacia esa original vocación recibida en el Bautismo. De entre los innumerables santos, algunos de ellos son “canonizados”, es decir, reconocidos como tales por la Iglesia, y los celebramos a lo largo de todos los días del calendario.
Pero queremos referirnos de modo especial a la santidad de los casados. La participación que en la vida de Dios se produce en nosotros por el Bautismo, adquiere en los esposos cristianos una forma de ser específica. Ésta se realiza por el sacramento del Matrimonio a través del vínculo conyugal. Así, se convierten en signo de la alianza de amor entre Jesucristo y la Iglesia, entre Cristo y la nueva humanidad redimida, “santificada”. El hombre y la mujer se transforman en sacramento, en presencia real de Jesucristo vivo. Como nos dicen los obispos españoles en el Directorio de Pastoral Familiar (núm. 53), “la específica vocación de los esposos cristianos a la santidad se realiza por medio de su caridad conyugal”.

Si esto es así, ¡cuántos matrimonios no habrán llevado a plenitud la vocación a la santidad! Sin embargo, ¿cuántos han sido declarados oficialmente santos, cuántos han sido canonizados en su realidad sacramental, como tal matrimonio? Muy escasos. Es conocida la voluntad del Papa Juan Pablo II por remediar esa realidad y subir a los altares a matrimonios santos. Eso se logró en primer lugar con los santos esposos Luigi y Maria Beltrame Quattrocchi beatificados en el año 2001.

Más recientemente, los esposos
Zélie Guerin y Louis Martin padres de Santa Teresita del Niño Jesús,
que fueron beatificados el 19 de octubre de 2008. En España, el Cardenal Arzobispo de Madrid presidió el 19 de febrero de 2009 la sesión de apertura de la causa de canonización del matrimonio formado por los siervos de Dios Paquita Domínguez Susín y Tomás Alvira Alvira.


Aquí un documento sobre este tema.

domingo, 25 de octubre de 2009

ORAR POR LA VIDA


La vida es maravillosa”, repetía constantemente el recientemente fallecido periodista deportivo Andrés Montes. No sabemos si, en su interior, refería tan magnífica expresión al autor de la vida, el Dios de la vida. Pero salida de sus manos, toda vida “es buena”, como sabemos desde la proclamación que inicia el libro del Génesis. La vida es el máximo regalo que hemos recibido de Dios. Por eso, es el bien que más hay que cuidar y defender. Sobre todo, cuando se trata de la vida del que todavía no ha nacido.

Desde la fecundación, aunque no se vea ni se sienta, existe un ser humano con derecho a vivir y con derecho a ser protegido. Detrás vienen más derechos, también merecedores de protección, pero que sin el más básico no son posibles.

El Evangelio de la Vida, anunciado de modo permanente por la Iglesia, proclama que cada ser humano que viene a este mundo no es ningún producto del azar ni de las leyes ciegas de la materia, sino un ser único, capaz de conocer y de amar a su Creador, precisamente porque Dios lo ha amado desde siempre por sí mismo. Cada ser humano es, por eso, un don sagrado para sus padres y para toda la sociedad.

Un modo excelente de amar y defender el valor sagrado de la vida es la oración. La Conferencia Episcopal puso en marcha desde enero de 2009 un año de oración por la vida que pretende, según palabras de Juan Pablo II en la Evangelium Vitae que "en cada comunidad cristiana, con iniciativas extraordinarias y con la oración habitual, se eleve una súplica apasionada a Dios, Creador y amante de la vida".

Como nos dicen los obispos, es necesario “que las comunidades católicas y todos los fieles perseveren en la plegaria, en especial en este año dedicado a la oración por la vida de los que van a nacer".

En la página web de la CEE están los documentos preparados para facilitar esa oración: Aquí

Incluimos a continuación varios enlaces con recursos para orar por la vida.

Vigilia de oración

Vigilia y carteles

Vigilia de oración

Orar por la vida

Oraciones por la vida

Oraciones por la vida


viernes, 23 de octubre de 2009

PLASENCIA, POR LA VIDA



Hace muy pocos días hemos vivido un acontecimiento extraordinario, con gran repercusión en los medios: la gran concentración celebrada en Madrid el pasado 17 de Octubre. Es difícil albergar esperanza de que tal demostración de sensibilidad por LA VIDA, LA MUJER Y LA MATERNIDAD, haga mella en la cerrazón del estrato que gobierna y que evidencia no sólo una deriva fuerte hacia lo que Juan Pablo II llamó una “cultura de la muerte”, sino también una gran distancia del sentir del pueblo español. Pero es muy alentador comprobar que la sociedad es capaz de responder y que muy poquito a poco las cosas van cambiando.
Es tan enorme el salto que se quiere imponer a la conciencia social desde la realidad trágica del aborto hasta la consideración del mismo como un “derecho”, que la sociedad española ha dicho basta. En verdad, lo viene diciendo ya desde años en los que no han dejado de florecer asociaciones e instituciones que trabajan sin descanso para evitar que esa mentalidad anti-vida se extienda en la sociedad, sino también para mostrar y hacer posibles alternativas al aborto que, si otra fuera la voluntad política, hace tiempo que se apoyaría, darían a conocer y podrían haber sido establecidas con normalidad en nuestra sociedad.

Fue un acontecimiento vivido con entusiasmo, con mucha presencia joven, sin estridencias ni malos modos, en un ambiente alegre y festivo, que a los que estuvimos presentes difícilmente se nos borrará de la memoria. Aunque lo más valioso sin duda es la sensación de que se ha invertido el sentido de la conciencia social hacia la dignidad y derechos del no nacido y la necesidad de protección y ayuda a las madres embarazadas.

La diócesis de Plasencia se hizo presente en la manifestación tanto por las personas que acudieron desde distintos puntos de salida de la región extremeña en autobús, como con desplazamientos privados, como con el autobús que salió desde la misma ciudad sede. Salimos a una hora temprana, porque Madrid y el día mismo se anticipaban apretados, y todo el viaje discurrió del mejor modo que cabía esperar. Regresamos acumulando hondas sensaciones en nuestro interior y la satisfacción de haber sido partícipes y protagonistas de una esperanzadora noticia y haber salido de casa para una causa que merece todo nuestro esfuerzo y empeño, también en la vida ordinaria de cada día. Sí a la vida.

Carta de presentación


Hoy es el primer día de vida de este blog. La verdad es que, como suele suceder al inicio de cualquier proyecto, quizá no tengamos muy bien definido qué pretendemos o qué se puede conseguir con él. Lo irá marcando el transcurso del tiempo, y también el “tiempo” que se le pueda dedicar. La idea que permite aparecer a este pequeño rincón en el universo de Internet, es disponer de un espacio para compartir la “vida” que se genera en torno al trabajo que desarrolla el Secretariado de Pastoral Familiar en pro de la evangelización de las familias en la Diócesis de Plasencia. Un espacio que resulte accesible para los matrimonios miembros del equipo; para los agentes de pastoral familiar;  para las familias cristianas, verdaderas protagonistas de esta tarea evangelizadora tan apasionante  y necesaria; y para cualquier persona que acceda al mismo y que ya desde ahora debe sentirse bien acogida. La vida real está a menudo llena de citas, de convocatorias y de compromisos. El encuentro que este blog pretende se producirá en esos momentos de ausencia de prisa, de descanso de tareas, de búsqueda serena de aquello que pueda sintonizar y cultivar nuestro interior.

Nos sucede a veces que la vida corriente nos permite disfrutar experiencias tan ricas y valiosas que lo primero que se nos ocurre es compartirlas. En otras ocasiones acudimos a fuentes que nos permitan alimento, cultivo o sólo descanso y consuelo. La vida cristiana, por sí misma, Buena Noticia para todos los hombres, exige ser compartida y vivida en comunidad. También la acción pastoral en cualquier ámbito debe ser sentida y desarrollada en “comunión”. Pues bien, este espacio entendemos que nace de esa comunión, y esperamos que contribuya a ella. Sólo desde ella podremos atender la “misión” evangelizadora como el Señor nos la confió. Ofreceremos nuestras reflexiones, nuestras actividades, nuestros “hallazgos”, también nuestros sinsabores, nuestro caminar. Esperamos y recibiremos con gozo lo que nos queráis sugerir o aportar. Bienvenidos a este vuestro hogar.

jueves, 1 de octubre de 2009

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Como puedes suponer al comprobar la fecha de inicio del blog, está en sus primeros pasos que, como en cualquier aspecto de la vida, son lentos e inseguros. Detrás del mismo vive, anhela y escribe un matrimonio cristiano, residente en la ciudad de Plasencia. Mejor dicho, una familia cristiana, alguno de cuyos miembros se han limitado a observar lo que va apareciendo. Esta familia valora y quieºre cultivar su ser cristiano, y mantenerlo en servicio de la Iglesia. En el camino y compromiso de esta familia hay una familia más amplia, dos mejor dicho. Una le ayuda en la construcción de su ser, un equipo del Sector de Plasencia de los Equipos de Nuestra Señora en Extremadura, junto a todos los matrimonios de ese Sector. La otra, todas las familias de la diócesis de Plasencia. Junto a ellas, se siente miembro activo de la Iglesia, la quiere, y siente su misión evangelizadora como propia.