lunes, 30 de noviembre de 2009

Pastoral Familiar en Extremadura


El pasado sábado 28 de noviembre se celebró un encuentro de los equipos diocesanos de Pastoral Familiar de la provincia eclesiástica de Mérida-Badajoz. En el encuentro estuvimos presentes 20 personas (dos sacerdotes y nueve matrimonios) de las tres diócesis que la constituyen: Mérida-Badajoz, Coria-Cáceres y Plasencia.

El encuentro fue programado días antes, durante la celebración de las XXVIII Jornadas de Delegados de Pastoral Familiar y Movimientos celebradas los días 13 al 15 del mismo mes en El Escorial, en las que estuvieron presentes los responsables de esa labor pastoral en las tres diócesis. En esta ocasión la acogida la realizó el equipo diocesano de Coria-Cáceres.

El propósito era el de poner en común las iniciativas, propuestas, tareas y preocupaciones pastorales de las tres diócesis. Y se ha conseguido de modo satisfactorio. Se han puesto en común las líneas esenciales de la preocupación y programación de cada una de ellas, las acciones principales que se han acometido en los últimos años, y las previstas en el plan pastoral respectivo para el presente curso.

Se ha compartido entusiasmo, se han conocido otras iniciativas u orientaciones posibles a la común dedicación, se ha valorado lo que cada diócesis está acometiendo... Se ha hablado de la composición de los equipos diocesanos de pastoral familiar, de la distribución de funciones, de la formación de los agentes de pastoral familiar, de la instauración o funcionamiento de los Centros de Orientación Familiar, de la defensa de la vida, de la preparación al matrimonio, de las escuelas de padres, de jrnadas y semanas de la familia, de educación afectivo-sexual, etc…

También se efectuaron propuestas para seguir el camino en comunión, entre las que destacamos la de formar una coordinadora que se reúna todos los años al comenzar y al final de cada curso pastoral. También se proseguirá la celebración de un encuentro anual de los tres equipos diocesanos. Se terminó la jornada de trabajo del sábado compartiendo la comida.

viernes, 27 de noviembre de 2009

Familia, primera educadora (2)

Hace pocas fechas hemos tenido ocasión de asistir a una ponencia del Presidente de Profesionales por la ética, D. Jaime Urcelay, sobre políticas educativas. Ha basado su disertación en documentos plenamente actuales del Papa Benedicto XVI.

Uno de ellos es una Carta a la Diócesis de Roma sobre la tarea urgente de la educación, de 21 de enero de 2008. Conviene, y recomendamos, su atenta lectura. El Santo Padre parte de las dificultades para la formación de las nuevas generaciones, constata una auténtica emergencia educativa y, en concreto, un aumento de la exigencia de una educación que sea verdaderamente tal. La solicitan los padres, los profesores, la sociedad en conjunto y los mismos niños y jóvenes.

Queríamos subrayar algunas ideas. En primer lugar, la trascendencia y primacía de la labor educativa de la familia. Esa educación auténtica necesita “la cercanía y la confianza que nacen del amor: pienso en la primera y fundamental experiencia de amor que hacen los niños —o que, por lo menos, deberían hacer— con sus padres”. Indica también que la educación “es fruto de experiencia y competencia, pero se adquiere sobre todo con la coherencia de la propia vida y con la implicación personal, expresión del amor verdadero”.

La educación es una tarea compartida. Se refiere a la responsabilidad educativa del que educa y del educado. Esa responsabilidad es “en primer lugar, personal; pero hay también una responsabilidad que compartimos juntos, como ciudadanos de una misma ciudad y de una misma nación, como miembros de la familia humana y, si somos creyentes, como hijos de un único Dios y miembros de la Iglesia. De hecho, las ideas, los estilos de vida, las leyes, las orientaciones globales de la sociedad en que vivimos, y la imagen que da de sí misma a través de los medios de comunicación, ejercen gran influencia en la formación de las nuevas generaciones para el bien, pero a menudo también para el mal”.

Termina la carta haciendo una llamada a la esperanza, esperanza que se dirige a Dios, pero que no es solamente una esperanza para nosotros, sino siempre una esperanza para los demás.Proseguiremos más adelante estas reflexiones, para desde ellas volver la mirada a la realidad de nuestra sociedad. En esta búsqueda puede seguirse un debate interesante (y algunos videos) sobre estas cuestiones.

sábado, 21 de noviembre de 2009

ENCUENTRO AGENTES P. FAMILIAR


¡Qué hermosos son los pies del mensajero que anuncia la paz!, cantaba el profeta Isaías (52, 7). Qué hermosos los pies, qué bella y grandiosa labor del que anuncia el Evangelio; del que da respuesta fiel al mandato del Señor, que envió a sus discípulos por el mundo a anunciar el Evangelio a todos los hombres (cf. MT 28, 18-20). Es la mejor dedicación, el mayor servicio que podemos dar a la humanidad que comparte camino con nosotros en este tercer milenio. Estamos llamados a pregonar y llevar a todos el amor de Dios que se nos ha manifestado en Jesucristo.

En este espacio dedicado a la pastoral familiar fijamos hoy nuestra mirada agradecida en la valiosa labor de los agentes que preparan a los novios para celebrar el sacramento del matrimonio y formar una familia cristiana. Están poniendo el cimiento para la construcción de “Iglesias domésticas” que vivan y anuncien el Evangelio, que se realicen en comunión de amor entre sí mismos y con Dios y que sirvan al hombre más próximo con el mayor afecto e integridad. A través de ellas se extenderá en el tiempo y espacio el amor salvador de Dios.

Podemos aplicar a ellos lo que dice el nº 7 del Directorio de Pastoral Familiar de la Iglesia en España: ”No me avergüenzo del Evangelio, que es poder de Dios para la salvación de todo el que cree” (Rom 1,16). Así se expresa el Apóstol de las gentes al comprobar la incomprensión con la que se recibían sus palabras en un mundo alejado del mensaje de Dios. Los obispos nos vemos en la necesidad de repetir con firmeza esta afirmación de San Pablo al plantearnos en la actualidad la misión de anunciar a todos el Evangelio sobre el matrimonio y la familia. Se requiere la valentía propia de la vocación apostólica para anunciar una verdad del hombre que muchos no quieren escuchar”.

En el día de hoy hemos celebrado un encuentro de carácter formativo de los agentes de pastoral familiar de la zona norte de la diócesis. Hemos reflexionado sobre el amor originario de Dios que todos hemos recibido y cuya plenitud buscamos en el encuentro y la comunión con el otro, hasta descansar finalmente en el amor de Dios que todo lo hace posible. Gracias a todos los que habéis participado en él, y al sacerdote de la Archidiócesis de Valladolid, Fernando García Álvaro, que tan sabiamente ha iluminado nuestra reflexión.

domingo, 15 de noviembre de 2009

Familia, primera educadora (1)

Los padres somos los primeros y principales responsables de la educación de los hijos. Es éste un derecho fundamental, inscrito en el ser del hombre, en su naturaleza, reconocido desde siempre, pero cuestionado en estados totalitarios que están en la mente de todos. Pero, ¡ojo! Estamos empezando a conocer no sólo posicionamientos ideológicos, sino también hechos ciertos que cuestionan este derecho en el estado español. Los padres debemos tener abiertos los ojos, leer la realidad y los acontecimientos, reflexionar sobre ello y sacar lúcidas conclusiones. Por eso traemos el tema a este espacio.

“Puesto que los padres han dado vida a los hijos, tienen la gravísima obligación de educar a la prole” dice el Vaticano II, en el número 3 de Gravissimum educationis. Luego Juan Pablo II, en Familiaris Consortio, número 36, dice que “el derecho-deber educativo de los padres se califica como esencial, relacionado como está con la transmisión de la vida humana; como original y primario, respecto al deber educativo de los demás, por la unicidad de la relación de amor que subsiste entre padres e hijos; como insustituible e inalienable y que, por consiguiente, no puede ser totalmente delegado por otros”. Recapitulemos: es un derecho-deber esencial, original y primario, insustituible e inalienable.

Esto lo dice la Iglesia. Pero, acudamos a la Declaración Universal de Derechos Humanos, para comprobar lo que indica en su artículo 26: que “Toda persona tiene derecho a la educación”; que “la educación tendrá por objeto el pleno desarrollo de la personalidad humana y el fortalecimiento del respeto a los derechos humanos y a las libertades fundamentales”; y finaliza afirmando que “los padres tendrán derecho preferente a escoger el tipo de educación que habrá de darse a sus hijos”. Es decir, es un derecho a escoger la educación que quieren para sus hijos, y es un derecho preferente. Por su parte la Constitución Española, que según ella misma expresa debe interpretar los derechos y libertades que establece según esa Declaración Universal y los tratados y acuerdos internacionales, recoge en el artículo 27 la libertad de enseñanza y “el derecho que asiste a los padres para que sus hijos reciban la formación religiosa y moral que esté de acuerdo con sus propias convicciones”.

El tema está solamente iniciado. No somos expertos en él, pero con la ayuda del magisterio de la Iglesia hemos de intentar situarnos responsable y activamente defendiendo lo que es nuestro, y que no debemos a nadie más que a Dios. Ahí están los problemas de bastantes padres para elegir el colegio que quieren para sus hijos, o las pretensiones que demuestra la asignatura de Educación para la Ciudadanía, o el acoso a la asignatura de religión… Son nuestros hijos y, aunque los padres no somos los únicos educadores, nadie puede quitarnos nuestro deber-derecho a educarlos, ejerciendo así nuestra paternidad en integridad.

miércoles, 11 de noviembre de 2009

LA FAMILIA, EVANGELIZADORA

Cristo es nuestro Evangelio, la Buena Noticia que ha de llegar a todos los hombres. Esta es la misión que Él ha confiado a la Iglesia, en la que está presente y actuando por su Espíritu, a través de todos los bautizados.

En Jesucristo se ha manifestado y hemos conocido el proyecto de amor que el Padre ha concebido para el hombre desde toda la eternidad. Dios, que es amor, que es comunión de las tres divinas personas, tiene convocado al hombre y la mujer a participar de su mismo ser en comunión y a llevar a la gran familia de la humanidad a constituirse en su Reino.

En este proyecto de amor, el matrimonio y la familia juegan un papel trascendental. Es en la complementariedad de hombre y mujer, en su plena realidad de tales, como se manifiesta esa universal vocación al amor y a la comunión. Por eso, la familia es también evangelio, buena noticia para la humanidad.

La Iglesia siempre ha considerado entre sus prioridades el atender a la evangelización de la familia. Es el modo normal en el que el hombre realiza su proyecto vital, y es en familia como la Iglesia se encuentra al hombre. Eso es la pastoral familiar. Trata de llevar a las familias la “vida en abundancia” que se nos regala en el Señor Jesús.


Pero no sólo es eso. Aunque sea una preocupación pastoral más bien reciente, la Iglesia es consciente de que la familia es también evangelizadora. Por su participación en la vida y misión de toda la Iglesia, las familias deben constituirse en testigos de Jesucristo, en anuncio de la Buena Nueva. Y eso lo consigue siendo lo que es, comunidad de vida y amor, y actuando como tal, mediante su misma vida de familia. Es decir, que la familia no sólo es objeto sino también sujeto de la evangelización. Es Cristo mismo en definitiva quien se da a conocer por medio de las familias que viven y muestran en sí mismas el amor de Dios.

De este modo, necesariamente tan sintético, queríamos ofrecer el eje o el fundamento de lo que pretende este espacio. Ojalá, cada vez más, la familia se haga consciente y responsable de la importante misión que tiene en la Iglesia y del amplio campo que se le abre para desarrollarla: su propia casa, la parroquia, el ambiente social, el colegio…

miércoles, 4 de noviembre de 2009

CONGRESO INT. PROVIDA


La actualidad nos presenta a veces importantes acontecimientos que no pueden pasar desapercibidos, que merecen nuestra atención y apoyo, y de cuya celebración queremos hacernos eco en este espacio.

Muy próximamente, entre los días 6 al 8 de noviembre, tendrá lugar el IV Congreso Internacional Provida. Este año está dedicado a la Sensibilización: una sinfonía por la Vida y tendrá lugar en la ciudad de Zaragoza. El congreso está promovido por la Federación Española de Asociaciones Provida, por encargo del Comité Permanente de los Congresos Internacionales Provida, y organizado por la Asociación Provida Aragón. Los anteriores se celebraron en Madrid (2003), en Lima (2005), y en México (2007). El siguiente tendrá lugar en Nicaragua, en 2011.

Contará con la presencia de ponentes de quince países. Abordará la necesidad de una sensibilización en defensa de la vida desde diversos puntos de vista e incluirá testimonio de personas que han sufrido el drama del aborto y de asociaciones que están trabajando por la vida.
Aunque las inscripciones se han cerrado el 31 de octubre, también es posible formalizarlas en la propia sede del Congreso.
Toda la información está disponible en la página web del congreso:

http://www.prolifeworldcongress.org/zaragoza2009/

Coincidiendo con el Congreso, se va a realizar la campaña "Un millón de velas por la Vida". El día 7 de noviembre se encenderá en las calles del centro de Zaragoza una vela por cada niño que ha dejado de nacer en España desde la despenalización del aborto.

Se puede colaborar con esta campaña, encendiendo la propia vela, enviando un SMS con la palabra VELA al 7745. Con este sencillo gesto se hará donación de 0,80 euros (coste del mensaje 1,5 €). También es posible hacer donación mediante una transferencia a las cuentas que se indican en la web http://www.actiweb.es/atodavelaatodavela.

Aquí, el vídeo del Congreso.