La Iglesia es un organismo vivo,
y hay procesos que van madurando con el tiempo de la humanidad, en el que el Espíritu Santo la va llevando al despliegue
de su misión evangelizadora en todo el mundo.
Respecto a las familias en situación
irregular, mucho se ha hablado y escrito, y mucho faltará aún por reflexionar,
aprender y enseñar. El capítulo VIII de Amoris Laetitia, bajo el título de “Acompañar,
discernir e integrar la fragilidad” está dedicado a ello.
En estos días, es noticia el
envío de una CARTA fechada el 5 de septiembre que el Papa Francisco envía a los Obispos argentinos
en respuesta a su documento titulado "Criterios básicos para la aplicación del Capítulo VIII de Amoris Laetitia"
La carta dice lo
siguiente:
Vaticano, 5 de septiembre de 2016
Mons. Sergio Alfredo Fenoy
Delegado de la Región Pastoral Buenos Aires
Querido
hermano:
Recibí
el escrito de la Región Pastoral Buenos Aires «Criterios básicos para la
aplicación del capítulo VIII de Amoris laetitia». Muchas gracias por habérmelo
enviado; y los felicito por el trabajo que se han tomado: un verdadero ejemplo
de acompañamiento a los sacerdotes... y todos sabemos cuánto es necesaria esta
cercanía del obispo con su clero y del clero con el obispo . El prójimo «más
prójimo» del obispo es el sacerdote, y el mandamiento de amar al prójimo como a
sí mismo comienza para nosotros obispos precisamente con nuestros curas.
El
escrito es muy bueno y explícita cabalmente el sentido del capítulo VIII de
Amoris laetitia . No hay otras interpretaciones. Y estoy seguro de que hará
mucho bien. Que el Señor les retribuya este esfuerzo de caridad pastoral.
Y es
precisamente la caridad pastoral la que nos mueve a salir para encontrar a los
alejados y, una vez encontrados, a iniciar un camino de acogida,
acompañamiento, discernimiento e integración en la comunidad eclesial. Sabemos
que esto es fatigoso, se trata de una pastoral «cuerpo a cuerpo» no satisfecha
con mediaciones programáticas, organizativas o legales, si bien necesarias.
Simplemente acoger, acompañar, discernir, integrar. De estas cuatro actitudes
pastorales, la menos cultivada y practicada es el discernimiento; y considero
urgente la formación en el discernimiento, personal y comunitario, en nuestros
Seminarios y Presbiterios.
Finalmente
quisiera recordar que Amoris laetitia fue el fruto del trabajo y la oración de
toda la Iglesia, con la mediación de dos Sínodos y del Papa. Por ello les
recomiendo una catequesis completa de la Exhortación que ciertamente ayudará al
crecimiento, consolidación y santidad de la familia.
Nuevamente
les agradezco el trabajo hecho y los animo a seguir adelante, en las diversas
comunidades de las diócesis, con el estudio y la catequesis de Amoris laetitia.
Por
favor, no se olviden de rezar y hacer rezar por mí.
Que
Jesús los bendiga y la Virgen Santa los cuide.
Fraternalmente,
Francisco