domingo, 29 de enero de 2012

MATRIMONIO Y FAMILIA, PARA UNA NUEVA EVANGELIZACIÓN (2)

 
 En nuestra anterior entrada nos referíamos a las 47 Jornadas de Cuestiones Pastorales, que se celebrarían en el Centro Sacerdotal Roselló, en Premiá de Dalt (Barcelona), los días 24 y 25 de enero, con el tema de  Matrimonio y Familia, para una Nueva Evangelización. Aunque no asistamos, nos complace compartir la celebración de cualquier evento que podamos conocer referido a la evangelización de la familia. 

Por ello, esperábamos la publicación de alguna de las intervenciones que nos permitiera acceder al menos en parte a los contenidos de estas Jornada. Asi pues, facilitamos enlace a los materiales alojados en el sitio web de las Jornadas, de los que destacamos la Conferencia del Cardenal Antonelli. 


Conferencia del Cardenal Antonelli: La familia, primer camino para la evangelización.


Materiales de las 47 Jornadas de Cuestiones Pastorales


domingo, 22 de enero de 2012

MATRIMONIO Y FAMILIA, PARA UNA NUEVA EVANGELIZACIÓN

En la sociedad actual es más que nunca necesaria y urgente la presencia de familias cristianas ejemplares (…) Junto a la palabra de la Iglesia, es muy importante el testimonio y el compromiso de las familias cristianas, especialmente para afirmar la intangibilidad de la vida humana desde la concepción hasta su término natural, el valor único e insustituible de la familia fundada en el matrimonio y la necesidad de medidas legislativas que apoyen a las familias en la tarea de engendrar y educar a los hijos. (Benedicto XVI, homilía en la Jornada de las Familias Católicas Croatas. Zagreb, 5 de junio de 2011).

 El Cardenal Antonelli, presidente del Consejo Pontificio para la Familia del Vaticano, será el principal ponente de las 47 Jornadas de Cuestiones Pastorales, que se celebran en Premià de Dalt (Barcelona) los días 24 y 25 de enero, sobreMatrimonio y Familia para una Nueva Evangelización.
 
La Nueva Evangelización pasa por la familia. Al menos, de eso está convencido el Centro Sacerdotal Rosselló, que ha decidido dedicar a esta cuestión las Jornadas de Cuestiones Pastorales de Castelldaura de este año. 
 
En el primer día de las Jornadas, el martes 24, también intervendrá el Dr. Joan Costa, profesor de la Facultad de Teología de Cataluña, que ofrecerá unas claves para comprender la paternidad responsable, mientras que el profesor de educación y experto en género de la Universitat Internacional de Catalunya, Enric Vidal abordará los aspectos positivos y problemáticos de la perspectiva de género.

La jornada del miércoles 25 se inicia con la conferencia: ¿Por qué vale la pena casarse?, del escritor, divulgador y profesor de la Universidad de Málaga Tomás Melendo. Por su parte, Virginia Olano, de la Delegación de Pastoral Familiar del Arzobispado de Barcelona, compartirá experiencias sobre mediación y reconciliación conyugal. Ya por último, Javier Vidal-Quadras, secretario general de la International Federation for Family Development, dará herramientas para la felicidad en el matrimonio.

lunes, 16 de enero de 2012

APRENDAMOS A AMAR

La doctrina de la Iglesia y su comprensión del amor humano ha tenido un fuerte desarrollo desde el pontificado de Juan Pablo II. La Iglesia cuenta con un importante legado que ofrecer a nuestra sociedad: el hombre está destinado a ser feliz por la comunión en el amor. La sexualidad tiene una lectura certera de carácter positivo y constructivo, la verdad de nuestro ser obtenida de la revelación de Dios, que se constituye en camino a la felicidad.

Este fin de semana ha tenido lugar un curso de Educación Afectiva-Sexual en Plasencia, organizado por 4 Secretariados diocesanos de pastoral: Catequesis, Enseñanza, Juvenil y Familiar. Ha sido impartido por Dña. Begoña Ruiz Pereda, de la Fundación Desarrollo y Persona. Las jornadas se han celebrado en el Centro de Cáritas Diocesana, y ha estado dirigido a catequistas, padres, agentes de pastoral, educadores de colegios y monitores de actividades juveniles. Los contenidos impartidos están dentro del proyecto de formación “Aprendamos a Amar” que la Fundación está impartiendo por toda España. La importancia de la materia, la demanda de la misma y la necesidad de este tipo de formación, ha facilitado el que se hayan dado cita más de 40 participantes de toda la diócesis: Don Benito, Navalmoral, Béjar, Candelario, Jarandilla de la Vera, Jaraíz, Madroñera, Cabezabellosa, Plasencia, y de diócesis vecinas: Cáceres, Toledo y Talavera de la Reina.

Durante las 10 horas de duración, se dieron temas como: creados por amor y para amar, desarrollo psicosexual en la infancia, cómo acompañar en la adolescencia, de la atracción al amor como tarea… Y algunos talleres para aprender a responder a las preguntas de los niños y jóvenes que tenemos a cargo en alguna faceta de su educación.

En la difusión y la animación han tomado buena parte los sacerdotes de las distintas parroquias. La apertura y bienvenida fue a cargo del vicario de la zona norte D. Antonio Cano. El momento más emotivo y entrañable fue la visita de nuestro obispo D. Amadeo, que quiso compartir unos momentos y unas palabras con los asistentes, animando a seguir con este tipo de actividades, tan importantes para todos. El acto se clausuró con una Eucaristía de agradecimiento por todos los bienes recibidos, y que ahora corresponde transmitir a los  participantes.

A todos ellos les damos las gracias: a los asistentes por la asistencia y convivencia compartida, y a los demás por facilitarnos el poder contar con actividades de este tipo, que, a buen seguro, y Dios mediante, se repetirán en la zona sur de la diócesis para llegar al mayor número de educadores posible.

lunes, 9 de enero de 2012

EL TESTIMONIO DE LOS PADRES, CLAVE EN LA EDUCACIÓN EN LA FE

...La primera y principal educación se da mediante el testimonio..., dijo el Papa Benedicto XVI en la homilía de la Fiesta del Bautismo del Señor, ayer domingo.

De ZENIT extraemos el siguiente párrafo:

Es muy importante para vosotros, padres, y también para los padrinos y madrinas, creer fuertemente en la presencia y en la acción del Espíritu Santo, invocarlo y acogerlo en vosotros, mediante la oración y los sacramentos. Es Él de hecho el que ilumina la mente, caldea el corazón del educador para que sepa transmitir el conocimiento y el amor de Jesús. La oración es la primera condición para educar, porque orando nos ponemos en disposición de dejar a Dios la iniciativa, de confiarle los hijos, a los que conoce antes y mejor que nosotros, y sabe perfectamente cuál es su verdadero bien. Y, al mismo tiempo, cuando oramos nos ponemos a la escucha de las inspiraciones de Dios para hacer bien nuestra parte, que de todos modos nos corresponde y debemos realizar. Los sacramentos, especialmente la eucaristía y la penitencia, nos permiten realizar la acción educativa en unión con Cristo, en comunión con Él y continuamente renovados por su perdón. La oración y los sacramentos nos obtienen aquella luz de verdad, gracias a la cual podemos ser al mismo tiempo tiernos y fuertes, usar dulzura y firmeza, callar y hablar en el momento adecuado, reprender y corregir en modo justo.

lunes, 2 de enero de 2012

HOMILÍA de D. Amadeo, Obispo de Plasencia, en la Fiesta de la Sagrada Familia


De la REVISTA ECCLESIA extraemos unos párrafos de la homilía del Obispo de nuestra diócesis, D. Amadeo Rodríguez Magro, en la Eucaristía de la Sagrada Familia y Ordenación del diácono Ovidio Delgado Alonso, celebrada el pasado viernes, 30 de diciembre, en la Catedral de Plasencia:
Queridas familias, querido Ovidio:
1. Como ves, estás muy bien acompañado. Todos estos están felices de poder participar en tu ordenación de diácono, pero también vienen a celebrar la fiesta de la Sagrada Familia. Fuimos muy conscientes al elegir esta celebración litúrgica como el día de tu ordenación; y la razón era obvia: el misterio de tu vida tiene siempre como fondo a la familia: la familia que es fuente de todos los dones, la del Dios Trinidad; el seno familiar en el que has nacido, has crecido y te has criado; y la familia cristiana en la que has recibido y vivido la fe. Hoy, en efecto, celebramos la fiesta de la Familia que es modelo de todas las familias, por ser “hogar de amor, oración y trabajo”, como la definió el Papa Benedicto en Barcelona.
2. El Evangelio que nos ha sido proclamado nos presenta un texto especialmente bello y tierno. La ternura y le belleza está en los brazos del anciano Simeón, hombre justo y piadoso que aguardaba, como gracia del Espíritu, el consuelo de Israel. No le va a la zaga, en la esperanza y la ternura, Ana, la profetisa, esa ancianita que no se apartaba del templo y que tenía a flor de piel la sensibilidad de la fe de los sencillos. Y por eso reconoció en Jesús al liberador de Israel.
La escena sucede en el lugar de encuentro con el Padre del cielo, en el templo, a donde la familia se había acercado para cumplir con la ley de Moisés. Es en el entorno de Dios donde la gracia bendita del Espíritu Santo se manifiesta, y los padres de Jesús escuchan admirados que su Hijo es luz de las naciones y gloria de Israel. Y es también en el templo donde quiere Dios que la madre, que había sido bendecida como la “llena de gracia” para llevar en sus entrañas al que es vida y salvación y para acompañarle en su misión redentora, fuera preparando su corazón para el dolor y el amor de la cruz. Tras esta manifestación luminosa todo vuelve al misterio cotidiano de la vida en Nazaret, donde “el niño iba creciendo y robusteciéndose; se llenaba de sabiduría y la gracia de Dios lo acompañaba”. Esto ya sucedía en el hogar que formaron José y María. Es en familia donde Cristo, verdadero Dios y verdadero hombre, nació, vivió, creció y murió.
3. Hoy es un día, por tanto, para proponer una vez más que la familia es un bien necesario para los pueblos, un fundamento indispensable para la sociedad, un gran tesoro para los esposos, un bien insustituible para los hijos, para que puedan crecer en un clima de aceptación y de amor” (Benedicto XVI en Valencia). Hoy es un día para que las familias católicas confiesen y den testimonio del bien que son y del bien que poseen. Hoy es un día para manifestar que la familia tiene como misión favorecer el crecimiento de los hijos, respetarlos y guiarlos; y que tiene la tarea de favorecer el pleno desarrollo de todas las cualidades que Dios les da.
De todos es sabido que por el bautismo, los hijos son también introducidos en la familia de Dios, que es la Iglesia. Apartir del renacimiento bautismal, los padres colaboran con Cristo y la Iglesia en la transmisión de la fe, en la iniciación cristiana y en el desarrollo vocacional de sus hijos e hijas. La familia es, como le llamó San Agustín hace más de 1500 años, “iglesia doméstica”. De hecho es en la convivencia familiar donde se cultivan los valores que los hijos van plasmando en su vida, cada cual en la vocación a la que es llamado. La convivencia familiar es donde mejor se cultiva lo que San Pablo propone en la carta a los Colosenses: “Como elegidos de Dios, santos y amados, vestíos de la misericordia entrañable, la bondad, la humildad, la dulzura, la comprensión”.
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MENSAJE del Papa para la Misa de las Familias de Madrid (30-12-11)


 “Al venerado hermano Antonio Mª Cardenal Rouco Varela, Arzobispo de Madrid:

Me es grato saludar cordialmente a Vuestra Eminencia, así como a los participantes en esa solemne Eucaristía celebrada en el centro de Madrid con motivo de la fiesta de la Sagrada Familia, para dar gracias a Dios por este gran misterio que ilumina todo hogar cristiano y dar muestra a la humanidad entera de esperanza y alegría. Invito a todos a considerar esta celebración como continuación de la Navidad: Jesús se hizo hombre para traer al mundo la bondad y el amor de Dios; y lo hizo allí donde el ser humano está más dispuesto a desear lo mejor para el otro, a desvivirse por él, y a anteponer el amor por encima de cualquier otro interés y pretensión. Así, vino a una familia de corazón sencillo, nada presuntuoso, pero henchido de ese afecto que vale más que cualquier otra cosa. Según el Evangelio, los primeros de nuestro mundo que fueron a ver a Jesús, los pastores, “vieron a María y a José, y al niño acostado en el pesebre” (Lc12,6). Aquella familia, por decirlo así, es la puerta de ingreso en la tierra del Salvador de la humanidad, el cual, al mismo tiempo, da a la vida de amor y comunión hogareña la grandeza de ser un reflejo privilegiado del misterio trinitario de Dios.

Esta grandeza es también una espléndida vocación y un cometido decisivo para la familia, que mi venerado predecesor, el beato Juan Pablo II, describía hace treinta años como una participación “viva y responsable en la misión de la Iglesia de manera propia y original, es decir, poniendo al servicio de la Iglesia y de la sociedad su propio ser y obrar, en cuanto comunidad íntima de vida y amor” (Familiaris Consortio, 50). Os animo, pues, especialmente a las familias que participan en esa celebración, a ser conscientes de tener a Dios a vuestro lado y de invocarlo siempre para recibir de él la ayuda necesaria para superar vuestras dificultades, una ayuda cierta, fundada en la gracia del sacramento del matrimonio. Dejaos guiar por la Iglesia, a la que Cristo ha encomendado la misión de propagar la buena noticia de la salvación a través de los siglos, sin ceder a tantas fuerzas mundanas que amenazan el gran tesoro de la familia, que debéis custodiar cada día.

El Niño Jesús, que crecía y se fortalecía, lleno de sabiduría, en la intimidad del hogar de Nazaret (cf. Lc2,40), aprendió también en él de alguna manera el modo humano de vivir. Esto nos lleva a pensar en la dimensión educativa imprescindible de la familia, donde se aprende a convivir, se transmite la fe, se afianzan los valores y se va encauzando la libertad, para lograr que un día los hijos tengan plena conciencia de la propia vocación y dignidad, y de la de los demás. El calor del hogar, el ejemplo doméstico, es capaz de enseñar muchas más cosas de las que pueden decir las palabras. Esta dimensión educativa de la familia puede recibir un aliento especial en el Año de la Fe, que comenzará dentro de unos meses. Con este motivo, os invito a revitalizar la fe en vuestras casas y tomar mayor conciencia del Credo que profesamos.

Cuando sigo evocando con emoción inolvidable la alegría de los jóvenes reunidos en Madrid para la Jornada Mundial de la Juventud, pido a Dios, por intercesión de Jesús, María y José, que no dejen de darle gracias por el don de la familia, que sean agradecidos también con sus padres, y que se comprometan a defender y hacer brillar la auténtica dignidad de esta institución primaria para la sociedad y tan vital para la Iglesia. Con estos sentimientos, os imparto de corazón la Bendición Apostólica”.

Benedicto XVI                                                        

SAGRADA FAMILIA, ICONO DE LA IGLESIA DOMESTICA

La oración en la Sagrada Familia de Nazaret fue el tema de la catequesis de la audiencia general del pasado miércoles del Papa Benedicto XVI, 28 de diciembre. 

"La casa de Nazaret, dijo el Papa, es una escuela de oración en que se aprende a escuchar, a meditar, a penetrar en el significado profundo de la manifestación del Hijo de Dios, a través del ejemplo de María, José y Jesús". 

"La contemplación de Cristo alcanza su modelo insuperable en María" que "vive con los ojos puestos en Cristo y atesora cada palabra suya (...) El evangelista Lucas nos hace conocer el corazón de María, su fe, su esperanza y obediencia, su interioridad y su oración, así como su libre adhesión a Cristo. Y todo ello procede del Espíritu Santo que descenderá sobre ella como sobre los apóstoles según la promesa de Cristo. Esta imagen de María la presenta como el modelo de los creyentes que conserva y confronta las palabras y las acciones de Jesús, una confrontación que es siempre un progresar en el conocimiento de Cristo ". 

La capacidad de María para vivir de la mirada de Dios es "contagiosa". Y el primero que lo experimenta es José. "Efectivamente con María -explicó el Santo Padre- y sobre todo después, con Jesús, comienza una forma nueva de relacionarse con Dios, de acogerlo en su vida, de entrar en su proyecto de salvación, cumpliendo su voluntad". 
                                                                                                                      
Benedicto XVI recordó que aunque el Evangelio no haya conservado ninguna palabra de José, su presencia es "silenciosa pero fiel, constante, activa" y que José "cumplió plenamente su papel paterno en todos los aspectos". Entre ellos el Papa habló de cómo José habría educado a Jesús a la oración llevándolo consigo a la sinagoga los sábados y dirigiendo la oración doméstica por las mañanas y al atardecer. "Así, en el ritmo de las jornadas transcurridas en Nazaret, entre la casa y el taller de José, Jesús aprendió a alternar oración y trabajo y a ofrecer también a Dios la fatiga para ganar el pan que necesitaba la familia". 

Después, Benedicto XVI citando la peregrinación de María, José y Jesús al templo de Jerusalén, narrada en el evangelio de San Lucas afirmó que "la familia judía, como la cristiana, reza en la intimidad doméstica, pero también reza junto con la comunidad, reconociéndose parte del Pueblo de Dios en camino". 

Las primeras palabras de Jesús: "Por que me buscabais? No sabíais que debo ocuparme de las cosas de mi Padre?" pronunciadas cuando María y José lo encuentran enseñando a los doctores en el Templo, son la llave de acceso a la oración cristiana, "A partir de aquel momento en la vida de la Sagrada Familia se intensificó aun más la oración porque, a través de Jesús (...) no cesará de difundirse y reflejarse en María y José el sentido profundo de la relación con Dios Padre. La familia de Nazaret es el primer modelo de la Iglesia en que, en torno a la presencia de Jesús y gracias a su mediación, todos viven en relación filial con Dios que transforma también las relaciones interpersonales".

"La Sagrada Familia -concluyó- es un icono de la Iglesia doméstica, llamada a rezar unida. La familia es la primera escuela de oración. En ella los niños, desde pequeños, aprenden a percibir el sentido de Dios, gracias a las enseñanzas y al ejemplo de los padres (...) Una educación auténticamente cristiana no puede prescindir de la experiencia de la oración. Si no se aprende a rezar en la familia, será difícil después colmar este vacío. Por eso invito a todos a redescubrir la belleza de rezar juntos como familia siguiendo la escuela de la Sagrada Familia de Nazaret".
VIS, 28 de diciembre 2012.