sábado, 16 de enero de 2010

FIESTA DE SAN FULGENCIO


                                  UNA FAMILIA DE SANTOS

Hoy celebramos la festividad de San Fulgencio. Junto a su hermana Santa Florentina, son los patronos de nuestra diócesis de Plasencia. Hermanos suyos son San Leandro y San Isidoro, también obispos. Su familia, que vive con fidelidad la fe católica, fue desterrada desde Cartagena (también de esta diócesis es patrón) a Sevilla a causa de su fe. Fulgencio fue encomendado por sus padres al obispo Eterio, benedictino, para que le educase en la fe cristiana. El resultado fue que abrazó la vida monástica en la orden de San Benito, en Sevilla. En la guerra que estalló entre el rey Leovigildo y su hijo San Ermenegildo, Fulgencio tomó partido por este último, por lo que fue desterrado a Cartagena. A la muerte del obispo de esta ciudad, ocupó la silla episcopal a instancias del rey. Ocho años estuvo al frente de esa diócesis, hasta que el rey volvió a acordarse de él para resolver los graves conflictos y disensiones que había en Écija. Murió en el año 622.

Con la invasión musulmana, las reliquias de los dos santos patronos fueron traídas a las Villuercas cacereñas, en las inmediaciones de Berzocana. La tradición popular cuenta que las reliquias fueron encontradas en el año 1223. Desde su aparición se extiende la devoción a los dos hermanos santos, a los que se atribuyen muchos milagros, y se origina una gran afluencia de peregrinos.

El obispo de nuestra diócesis, Don Amadeo Rodríguez, ha obtenido del Papa Benedicto XVI la celebración de un Año Jubilar con motivo de la fecha en que se conmemora el traslado de las reliquias a su capilla en la Iglesia de San Juan Bautista en Berzocana (3 de octubre de 2009) hasta la fecha del hallazgo de las Santas Reliquias (26 de octubre de2010).

Un año jubilar, según palabras de nuestro obispo en la Carta Pastoral publicada con ese motivo, "es una ocasión propicia para que todos orientemos con gran intensidad nuestra vida de cara a Dios, busquemos su gracia, renovemos nuestros corazones en la fe y en la conversión y, juntos, nos comprometamos por hacer una convivencia basada en los valores del Evangelio". Que el seguimiento de las indicaciones de nuestro pastor nos permita aprovechar los bienes de los que el Señor quiere que participemos sin medida, sobre todo en nuestras familias "el lugar en el que Dios se adentra para llegar al corazón y a la vida de sus miembros".

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