sábado, 27 de noviembre de 2010

VEN, SEÑOR DE LA VIDA


  Iniciamos un año litúrgico más, con el primer domingo de Adviento. En las próximas semanas, vamos a dar mayor intensidad a nuestra preparación para la venida del Señor.
 En todas las diócesis del mundo, por deseo del Papa Benedicto XVI,  este comienzo se realiza orando y agradeciendo el don de la vida. También desde la diócesis de Plasencia  hemos expresado la comunión eclesial con las celebraciones  de la Vigilia por la vida naciente. En la sede placentina, la celebración comenzó a las 7,30 y ha incluido el oficio de Vísperas y la Eucaristía, presididas por el señor obispo Don Amadeo.  
 
En una catedral repleta de fieles, y con el bello acompañamiento del órgano y del coro, hemos celebrado la vida, dado gracias a Dios y suplicado que proteja la vida humana desde su principio hasta el fin.  

 El Sr. Obispo nos ha exhortado a estar preparados para recibir al Señor que viene a compartir su vida con nosotros. Desde la luz de su bondad, hemos  de observar  las grandes sombras que  presenta nuestro mundo. Nosotros somos creyentes en Jesucristo, nuestra esperanza, que nos invita a transformar este estado de cosas, para cambiar el mundo según el proyecto de Dios. Pues nuestra fe es más fuerte que las leyes, más que la opinión social creada por los grandes medios. Nuestra fe debe ser un grito en defensa de la vida. Ésta es un don de Dios, Señor  y Dador de  vida.

A Él le pedimos un cambio de las conciencias, para que se defienda y promueva el derecho de toda vida humana a nacer, a vivir con dignidad, y llegar a su término natural. Al final de la celebración, animó a los presentes a ser mensajeros del  Evangelio de la vida  y a defender y promover la vida humana, don de Dios, desde los distintos ámbitos de nuestra existencia cotidiana.

Concédenos, Señor, caminar como hijos de la luz y ser testigos del Evangelio dela vida.

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