martes, 15 de mayo de 2012

15 de mayo: DIA INTERNACIONAL DE LA FAMILIA


Por nuestra sola experiencia,  acumulamos clara conciencia del valor y riqueza inconmensurable que constituye la familia. Y así lo manifestamos en nuestra vida y en nuestras celebraciones. Nuestra fe,  nuestra  identidad cristiana nacida del encuentro con el Dios hecho hombre en Jesucristo, que quiso nacer en el seno de la familia de Nazaret, eleva e intensifica nuestra valoración y compromiso por la familia. Por eso, nuestra liturgia incluye cada año una Jornada a la Familia, con motivo de la solemnidad de la Sagrada Familia. 

En la fecha de hoy, 15 de mayo, nos complace unirnos a la celebración del Día Internacional de la Familia, para tributarle un sentido y cálido homenaje. Esta fecha fue proclamada en 1993 por la Asamblea General de las Naciones Unidas, haciéndose eco de la importancia que la comunidad internacional  otorga a la familia,  como elemento de recuerdo, cuidado, celebración…  

La familia es la comunidad fundamentada sobre el compromiso de hombre-mujer para asumir y vivir su vida desde un proyecto común.  La familia es una comunidad de amor que genera vida de todo tipo, tanto a nivel físico o biológico como a nivel espiritual, social, relacional,  siendo los hijos su fruto más.   La familia  es la más íntima y profunda sociedad natural, fundada sobre el matrimonio, y que  se va construyendo día a día. En el caldo del cultivo del amor es donde todos los miembros de la familia encuentran cobijo en los momentos de desgaste o hundimiento. En la familia se encuentra todo lo que la persona necesita por la gratuidad, por la fidelidad entre ellos, por la naturalidad con la que uno la siente y el sentimiento de pertenencia que ha desarrollado y que le permite decir: mi familia, los míos, mi padre, mi hijo, mi abuelo, nuestro nieto, mi mujer, mi marido, etcétera. 




En 2006, el Papa Benedicto XVI decía que  la familia es un “patrimonio de la humanidad, una institución social fundamental; es la célula vital y la base de la sociedad y esto interesa a todos, creyentes y no creyentes”. “La familia es una realidad que todos los Estados deben tener en máxima consideración, porque el futuro de la humanidad pasa por la familia”.  Del beato Juan Pablo II conservamos numerosos documentos y llamadas de atención sobre el tesoro de la familia, como por ejemplo: "Es preciso redescubrir la verdad, la bondad y la belleza de la institución matrimonial que, al ser obra de Dios mismo a través de la naturaleza humana y de la libertad del consentimiento de los cónyuges, permanece como realidad personal indisoluble, como vínculo de justicia y amor, unido desde siempre al designio de la salvación y elevado en la plenitud de los tiempos a la dignidad de sacramento cristiano. Esta es la realidad que la Iglesia y el mundo deben favorecer. Este es el verdadero favor del matrimonio." En múltiples ocasiones repitió  palabras como estas: "¡El futuro de la humanidad se construye en la familia! Por consiguiente es indispensable y urgente que todo hombre de buena voluntad se esfuerce por salvar y promover los valores y exigencias de la familia".

La  familia es un patrimonio de la humanidad, la agrupación humana primordial, un modelo para todas las demás formas de convivencia humana, siendo un bien para la sociedad y una institución natural anterior a cualquier otra, incluida la del Estado. Bien ha podido ser declarada  como tal,  ya que no hay ninguna institución que tenga el alcance, la incidencia, la extensión, la función, la fecundidad que da la familia.

Al tributar nuestro homenaje a la familia, elevamos los ojos, alabanza y gratitud hasta nuestro Padre Dios para agradecerle el don de la familia, en el que de verdad nos reconocemos creados a su imagen y semejanza.

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