viernes, 28 de octubre de 2011

CATEQUESIS PREPARATORIAS DEL VII ENCUENTRO MUNDIAL DE LAS FAMILIAS


Comenzado el curso, y con la vista puesta en el VII Encuentro Mundial de las Familias de Milán, vamos a ir insertando diversos contenidos  que nos permitan conocerlo, vivirlo y  participar de él ya desde ahora y, por qué no,  animarnos a acudir a esta extraordinaria cita con Benedicto XVI y las familias que acudan de todo el mundo.

Como recogíamos en una entrada anterior, tomado del folleto disponible en la página web del Encuentro, uno de los elementos principales para vivir  este acontecimiento son las catequesis preparatorias.

Compuestas por tres grupos re­la­tivos a la fa­milia (La fa­milia en­gendra la vida, La fa­milia vive la prueba, La fa­milia anima la so­ciedad), el tra­bajo (El tra­bajo y la fiesta en la fa­milia, El tra­bajo re­curso para la fa­milia, El tra­bajo desafío para la fa­milia) y la fiesta (La fiesta tiempo para la fa­milia, La fiesta tiempo para el Señor, La fiesta tiempo para la co­mu­nidad) e in­tro­du­cidas por una ca­te­quesis sobre el es­tilo de vida fa­mi­liar (El se­creto de Nazaret), las ca­te­quesis tienen como ob­je­tivo ilu­minar el en­tre­la­za­miento entre la ex­pe­riencia de la fa­milia y la vida co­ti­diana en la so­ciedad y en el mundo.

Conocemos las de otros encuentros y tienen un rico contenido y  posibilidades de reflexión y son muy aprovechables para trabajo en grupos y comunidades.  No obstante, cabe su reelaboración o simplificación para adaptarlas a las necesidades o configuración de los destinatarios concretos, como en cursos pasados hemos hecho y ofrecido a las parroquias de nuestra diócesis. Las DIEZ CATEQUESIS están disponibles en la web del encuentro, También en facebook.

Se pueden adquirir también en la edición papel realizada por Editorial EDICE, muy bien presentadas, al precio de 7 euros. Se lee en su presentación que “son textos que están dirigidos en primer lugar a los obispos, a los sacerdotes, a los catequistas y a los responsables de las asociaciones, de los movimientos y de los grupos eclesiales. Pueden constituir, además, un óptimo subsidio para el diálogo en los grupos de familias. Así mismo, cada realidad eclesial puede sacar inspiración de este material que se ofrece, para preparar ulteriores subsidios adaptables a las exigencias de los distintos destinatarios y a las múltiples situaciones culturales”. 

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