jueves, 9 de octubre de 2014

SÍNODO SOBRE LA FAMILIA

    La evangelización de la familia está viviendo un momento especial de gracia y renovación mediante la celebración del Sínodo de los Obispos sobre la Familia, que el Papa Francisco inauguró el domingo pasado con una Misa solemne celebrada en el Vaticano. 


     Durante la homilía, el Papa Francisco comentó las lecturas del domingo referidas a la Viña del Señor. 'El ''sueño'' de Dios es su pueblo: Él lo ha plantado y lo cultiva con amor paciente y fiel, para que se convierta en un pueblo santo, un pueblo que dé muchos frutos buenos de justicia.... También nosotros estamos llamados en el Sínodo de los Obispos a trabajar por la viña del Señor. Las Asambleas sinodales no sirven para discutir ideas brillantes y originales, o para ver quién es más inteligente... Sirven para cultivar y guardar mejor la viña del Señor, para cooperar en su sueño, su proyecto de amor por su pueblo. En este caso, el Señor nos pide que cuidemos de la familia, que desde los orígenes es parte integral de su designio de amor por la humanidad''. 

 
    En la tarde del sábado  se celebró una Vigilia de oración  en la Plaza de San Pedro por el Sínodo de la familia. Participaron los padres sinodales y se alternaron momentos de oración, reflexión y testimonios de vida familiar. A las 19 horas, el Santo Padre se unió a las familias y los fieles a los que dijo que era ''la hora en la que cada uno vuelve con gusto a su casa para encontrarse entorno a la mesa, con todos los afectos, del bien cumplido y recibido, en los encuentros que calientan el corazón y lo hacen crecer, con el buen vino que anticipa en los días del hombre, la fiesta sin ocaso. El Papa habló de ''la comunión de vida asumida por los esposos, su apertura al don de la vida, el cuidarse recíprocamente, el encuentro y la memoria de las generaciones, el acompañamiento educativo, la transmisión de la fe cristiana a los hijos'' y destacó que con todo esto ''la familia sigue siendo una escuela sin par de la humanidad, contribución indispensable a una sociedad justa y solidaria. Y cuando más profundas serán sus raíces, más en la vida será posible salir e ir lejos, sin perderse ni sentirse extranjeros en ninguna tierra. Este horizonte nos ayuda a entender la importancia de la Asamblea sinodal que se abre mañana''.

     ''Para buscar lo que el Señor pide hoy a su Iglesia tenemos que escuchar los latidos de este tiempo y percibir el 'olor' de los hombres de hoy, hasta quedarnos impregnados de sus alegrías y esperanzas, de sus tristezas y angustias. A este punto sabremos proponer con credibilidad la buena noticia sobre la familia''. Antes de finalizar, el Papa pidió al Espíritu Santo que ofrezca a los padres sinodales el don de escuchar a Dios y al pueblo, que se confronten con sinceridad, de manera abierta y fraterna, y que mantengan la mirada fija en Jesucristo. 'Asimismo añadió que ''con la alegría del Evangelio encontraremos el pasar de una Iglesia reconciliada y misericordiosa, pobre y amiga de los pobres; una Iglesia capaz de ''vencer con paciencia y amor las aflicciones y las dificultades que le vienen, sea de adentro que de afuera''.

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