viernes, 1 de octubre de 2010

SANTA TERESITA DEL NIÑO JESUS


En el día de hoy, 1 de octubre,  nos hace felices la celebración que nos marca la liturgia, la fiesta de Santa Teresita de Niño Jesús. Y con ella,  la ocasión  para hacerle un pequeño sitio en este blog.   En una entrada anterior nos hemos referido a los padres de Teresita, proclamados beatos,  Luis y Celia Martin. Formaron una familia ejemplarmente cristiana, cuyas cinco hijas se entregaron al Señor en la vida religiosa.

Hacemos hueco a Teresita en este espacio y se lo guardamos  en nuestro corazón. Mejor dicho, ella se lo gana, para desde ahí, acercarnos al mismo corazón de Jesús, cuya ternura y misericordia transformaron su vida. Desde el calor  de la intimidad con el Señor, ella continúa su labor de acercar a las almas a Jesús, y de modo especial las almas de los pecadores. Constituyen una de sus más fuertes preocupaciones espirituales, como lo fueron también los sacerdotes y las misiones, de la que ha sido erigida patrona con San Francisco Javier.



El conocimiento y devoción a nuestra  santita (la más grande de los tiempos modernos, según palabras del Papa Pío XI) se han extendido por todo el mundo. Nunca, en toda la historia humana, ha habido una persona, viva o muerta, que en pocos  años haya recorrido sin parar todo el mundo, como lo está haciendo Teresita de Lisieux. Sus reliquias guardadas en una preciosa urna, ya han viajado desde Alaska hasta Tierra de Fuego, desde Brasil a Siberia. El domingo 2 de noviembre de 2003 las acogimos entusiasmados en nuestra ciudad de Plasencia. 

En la noche del 16 al 17 de julio de 1897, a las dos de la mañana, dice: presiento que voy a entrar en el descanso… Pero presiento, sobre todo, que mi misión va a empezar: mi misión de hacer amar a Dios como yo le amo, de dar a las almas mi caminito. Si Dios escucha mis deseos, pasaré mi cielo en la tierra hasta el fin del mundo. Si, quiero pasar mi cielo haciendo el bien en la tierra. Tiempo antes,  impotente para desarrollar todas las vocaciones que palpitaban en su ser,  descubrió y escribió con mayúsculas: MI VOCACIÓN ES EL AMOR. Y  en su  acto de ofrenda al amor misericordioso de Dios ora: ¡Oh, Dios mío, Trinidad Bienaventurada! Deseo amaros y haceros amar. 

No podemos desarrollar aquí los múltiples y fecundos aspectos de su espiritualidad. Aunque damos por hecho que nuestros lectores ya conocen y aman a Teresita, incluimos un enlace a la parte más importante e impactante de sus escritos publicados bajo el título de 

                                              HISTORIA DE UN ALMA

En la Editorial de Espiritualidad pueden adquirirse tanto las obras de Santa Teresita como otros libros interesantes sobre su espiritualidad y su santidad. Animamos a buscar en la web multitud de sitios dedicados a ella y un contenido muy interesante: por ejemplo, 


                Teresita, desde nuestro caminar perezoso pero confiado,  desde nuestro hogar que te acoge, desde esta Iglesia de Plasencia, te felicitamos por tu lugar de gloria junto al corazón de Jesús.  A Él le damos gracias por las maravillas que obró en ti. Y le pedimos que nos haga encontrar la senda de infancia espiritual que te llevó a identificarte con Él y derrame por tu intercesión los frutos abundantes de su Espíritu para fecundar  nuestra labor evangelizadora y santificar  a las familias.

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