jueves, 11 de febrero de 2010

VI SEMANA DE LA FAMILIA (4)

Por tercer y último día, la Semana de la Familia ha ofrecido en la ciudad de Plasencia una conferencia (en el Complejo Cultural Santa María), en esta ocasión sobre el importante tema de la educación afectivo sexual. Bajo el título de Tiempo de educar: aprendamos a amar,  Dª Begoña Ruiz Pereda, con amplia experiencia en la impartición de cursos de formación afectivo-sexual tanto a niños y jóvenes como a monitores y responsable del Área de Formación de la Fundación Desarrollo y Persona, que tiene como fin prioritario la asistencia a la familia y el desarrollo de programas de formación afectivo-sexual con jóvenes y educadores integrados en la educación para el amor.

Ha hecho hincapié sobre todo en la necesidad de restablecer el nexo esencial que existe entre sexualidad y amor. Después de la llamada revolución sexual, se ha producido una ruptura de la sexualidad con la procreación, con el matrimonio y con el amor, que ha provocado que la sexualidad, desposeída de su más hondo significado, haya quedado reducida a una relación meramente externa, superficial y vacía. Por eso el amor, en los tiempos que corren, no conforma la sexualidad, ha quedado reducido a un complemento que puede o no estar presente. Sin embargo, vivir la sexualidad en el amor es necesario para que la felicidad llene nuestro corazón. Debemos ser veraces, y nuestros gestos más sublimes deben ser expresión de lo que somos y sentimos. La sexualidad, dimensión esencial de la persona que no termina nunca, debe ser expresión del amor.

Nuestros hijos, que saben lo que quieren, y tienen capacidad de libertad, quieren amor. Nuestros hijos, todo ser humano, desea ser amado de verdad y para siempre. No podemos ver en los niños, adolescentes, jóvenes, únicamente impulso, al que hay que dar salida previniendo los riesgos. No puede ser que el único mensaje que les llegue sea el que el poder político determina: defiéndete de los riesgos y disfruta. Dª Begoña presentó al mismo tiempo, y a grandes rasgos, el proyecto de educación afectivo-sexual “Aprendamos a amar”. Para terminar, animó a los asistentes a participar en algún curso para monitores de educación afectivo-sexual, lo que el Secretariado de Pastoral Familiar secundó manifestando su voluntad de organizarlo para el próximo curso pastoral.

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